Actualidad

pero probablemente no se lo den

La Razón
La RazónLa Razón

Porque Alexander «Los descendientes» Payne, uno de sus principales competidores, nunca ha ganado un Oscar al mejor director y ya va siendo hora de que se lo lleve. Porque el aparato publicitario de la Miramax –que le produjo «Gangs of New York»– está machacando a la industria de Hollywood para convencerles de que si hay un homenaje al cine primitivo que vale un premio, ése es «The Artist». Porque «The Artist» posee una vocación populista que «La invención de Hugo» no tiene. Porque «The Artist» ha arrasado en la temporada de galardones pre-Oscar. Porque el triunfo de «The Artist» frente al de «La invención de Hugo» repetiría el triunfo de David frente a Goliat de «En tierra hostil» respecto a «Avatar». Porque el filme de Michel Hazanavicius celebra la capacidad de Hollywood para adaptarse al cambio y la película de Scorsese celebra la obra de un mago francés de la que muchos académicos ni deben haber oído hablar. Porque algunos pueden creer que Scorsese se está vendiendo al mejor postor haciendo una película para todos los públicos. Porque, en general, el uso que hace de las 3D es bastante discreto y puede decepcionar al público que espera espectáculo de una producción que ha costado 170 millones de dólares. Porque es un filme que está en esa tierra de nadie que delimita la intersección entre el cine de autor y el cine comercial, y debe de haber vuelto loco al departamento de marketing de la Paramount. Porque el personaje que interpreta Sacha Baron Cohen parece haberse escapado de otra película. Porque Scorsese no demuestra tener demasiadas dotes para la comedia. Porque, para los que no cuentan con la cinefilia entre sus placeres culpables, el filme puede parecer una clase magistral de historia del cine insistentemente didáctica. Porque Christopher Lee tiene un papel demasiado breve. Porque, en definitiva, nos hemos quedado sin argumentos para justificar que una película tan enorme como «La invención de Hugo» no se lleve el Oscar. Porque le voy a contar un secreto, querido lector: si el mundo fuera justo, Scorsese ganaría el domingo.