«The Answer» une teología y tecnología en un musical

MADRID-Por primera vez en la historia de la Iglesia, artistas y productores de distintos países han creado un gran musical que sea a la vez evangelizador, internacional y atractivo tanto para creyentes como para personas alejadas de la fe. Y se va a estrenar en Madrid el próximo agosto aprovechando la presencia de los 2 millones de jóvenes participantes en las Jornadas Mundiales de la Juventud.
El musical «The Answer» cuenta con la financiación de un grupo de empresarios católicos de Estados Unidos «porque les gustó la dimensión internacional del proyecto», explica Víctor Cortizo, su promotor en España. El musical ya tiene versión en italiano, inglés, español y francés, y será traducido también al chino.
Después del estreno mundial en Madrid, Estados Unidos e Italia acogerán sus respectivas versiones nacionales en septiembre y se espera que una compañía en cada país implicado pueda realizar una gira de al menos un año, ciudad por ciudad.
Diseñado para siete músicos y 15 artistas que canten, bailen y actúen, el musical sustituye la tramoya por una pantalla en la que se proyectan imágenes filmadas en lugares bíblicos de Tierra Santa, con filtros digitales de estética «tecno» y efectos de iluminación y sonido.
El padre Walter J. Hyclack, que ha sido responsable nacional de pastoral juvenil en EEUU y es el director espiritual del proyecto, se muestra convencido de que «The Answer» logrará un impacto similar al de «Godspell» o «Jesucristo Superstar», aunque con mejor teología y con mejor tecnología.
Al contrario que «Jesucristo Superstar», que buscaba «provocar a la Iglesia», explica Cortizo, «este musical quiere provocar a las conciencias; que el espectador alejado de la fe se vea conmovido e interpelado».
Marco Brusati, responsable en Italia, asegura que «la música es imprescindible para evangelizar». ¿Cuántos recursos debería invertir una diócesis en evangelizar con la música? «No puedo dar porcentajes, pero no ha de ser cero, y por desgracia muchas diócesis dedican cero recursos a evangelizar con la música», lamenta Brusati.