ERE
Líderes de corrupción por Martín PRIETO
En la predemocracia de Arias Navarro y la constituyente de 1978 hasta nuestros días no se han dado casos de corrupciones políticas más terribles y abyectos que los protagonizados por el partido socialista. En cuanto adquirió el Gobierno del Estado, la cúpula del PSOE se entregó a la tarea de asesinar cruelmente a presuntos etarras y gentes que pasaban por allí. José Luis García Goena, prófugo del servicio militar, se desangró con las piernas cercenadas por una bomba lapa bajo su coche. A dos alevines etarras como Lasa y Zabala les arrancaron las uñas torturándoles durante días a juzgar por los apósitos de cura que presentaban sus cadáveres, les trasladaron a Levante donde cavaron sus fosas y los sepultaron en cal viva. El buen Juez Javier Gómez de Liaño, otra víctima de Garzón, sabe los detalles. Con fondos públicos, encumbrados socialistas financiaron a los sicariatos para esta particular matanza de hombres y se repartieron para su disfrute personal los fondos de reptiles del Ministerio del Interior. Antes, desde Ferraz, tendieron una red de extorsión a empresas privadas y públicas para sufragar el innecesario referéndum sobre la OTAN. Eran urdangarines «avant la lettre», sin prosopopeya ducal. Los socialistas no quieren hablar de estas cosas aduciendo que son cosa juzgada. Muy mal juzgada. Y para tapar sus crímenes de Estado dieron en una disparatada carrera sobre las corrupciones del PP, que nunca ha matado a nadie ni desfondado el Erario para adquirir fincas, hasta llegar al disparate de lo de Camps. Campeones de una corrupción de cine «gore», insisten en su empeño, y si Camps es inocente, no el PP valenciano. Los verdugos llaman ladrones a los demás y sacan pecho. ¿Por qué no se callan?
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