Cuba

Camps pide al gobierno de España que apoye y escuche a la disidencia cubana

Las Damas de Blanco: esposas, madres, hermanas... familiares en general de los presos políticos cubanos, fueron galardonadas ayer en el Palau de la Generalitat con el Premio Convivencia que anualmente otorga la Fundación Manuel Broseta, por defender la libertad.

El presidente Camps y el ex diputado, Miquel Roca, con las galardonadas
El presidente Camps y el ex diputado, Miquel Roca, con las galardonadaslarazon

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, en una alocución más contundente de los normal, señaló que «ningún tipo de dictadura tiene cabida», y abogó por «una transición hacia un régimen democrático». Además, pidió al Gobierno de España que «no abandone a la disidencia cubana, sino que la apoye y la escuche». Esta reivindicación coincide con la de la propia disidencia cubana que en varias ocasiones ha echado en cara al Ejecutivo español que no se reúna con ellos en sus vistas a la isla o que lo haga solo de forma discreta.

Por su parte, la portavoz de este colectivo, Melva Santana, remarcó que «el terrorismo puede ser ejercido de muchas formas, a través de grupos, personas o instituciones, pero llega a su expresión más cruel e inhumana cuando es ejercido sistemáticamente por un Estado, como es el caso de Cuba».

«Hemos sido maltratadas, amenazadas, golpeadas, pero eso no ha podido disminuir nuestra capacidad de amar. Mientras haya en Cuba un sólo hombre preso por ser distinto, por soñar despierto y por pensar diferente, habrá Damas de Blanco».

No obstante, Santana pidió a la comunidad internacional que no utilice con su país los mismos métodos de «exclusión y aislamiento político» que utiliza el Gobierno cubano con sus ciudadanos.
«El diálogo debe ser una herramienta irrenunciable porque han muerto muchos hombres intentando que Cuba sea un sitio para todos».

Santana, que ha reconocido que las Damas de Blanco nunca habían sido premiadas porque el Gobierno cubano «no lo ha permitido», cree que este país debe emprender el camino de la «reconciliación» y convertirse en un Estado «plural y diferente».