Reforma consensuada

El susto que pasó el Gobierno para aprobar el decretazo le ha servido para no repetir el error y ahora, con la Reforma Laboral en ciernes, se dispone a negociarla con los demás grupos y sacarla adelante mediante un proyecto de ley, dado que presumiblemente contará con los votos del PP y de CiU, por lo menos. Tras dos años de marear la perdiz el Ejecutivo aborda, finalmente, esta cuestión. Han trascendido las medidas que se refieren a la reducción del coste del despido, que pasa a 20 días por año trabajado. En la actualidad existe y está aprobado un contrato de esas características, aunque nunca se ha aplicado. España tiene un mercado laboral dual. Por un lado están los trabajadores fijos, hiperprotegidos, y por otro, los temporales, que son mayoría y se van al paro sin indemnización alguna. En este sentido, sería necesario encontrar un punto medio con mayor estabilidad para todos, en detrimento de los hiperprotegidos. Pero ése no es el único inconveniente de nuestro mercado laboral. Ahí está, por ejemplo, la rigidez de la negociación colectiva. A nadie se le escapa que no es lo mismo una empresa con 2.000 empleados o más que una pequeña o mediana. Lo que beneficia a una puede matar a la otra. Por eso la negociación colectiva debería ser más flexible. Otro asunto a tratar: los cursos de formación por los que patronal y sindicatos reciben muchos dinero para formar a trabajadores sin resultados positivos objetivos.