Ciclismo

Jaén

Tyler Farrar se levanta para ganar

Cavendish no puede con la Vuelta. Se le hacen bola los esprints a estas alturas de la temporada. Se exprime cuando llegan los últimos kilómetros, pero siempre aparece alguien más rápido. Hutarovich, en Marbella. Farrar, ayer. Cavendish es el mejor de todos, pero no lo parece. Farrar no se tenía mucha fe cuando comenzó la etapa.

Tyler Farrar se levanta para ganar
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El día anterior se lo había pasado vomitando, castigado por el esfuerzo que supuso para los ciclistas llegar hasta Valdepeñas de Jaén. Calor y sufrimiento camino de la meta. Ayer era otra cosa. Una etapa con menos graduación, cómoda, tranquila. De recuperación en muchos momentos. «A medida que iban pasando los kilómetros me iba encontrando mejor», reconoció.

Después, en el final, se agarró a la rueda de Cavendish que le sirvió de lanzador para llegar hasta la meta. Pero no hay gloria sin sufrimiento y antes de levantar los brazos tuvo que levantarse del suelo. Se fue al suelo en el avituallamiento. Pero no hay dolor, no hay traumas. Hay ganas de victoria.


La vida ha enseñado a Farrar a superar sus dificultades. Su padre, el hombre que le transmitió el cariño por el ciclismo, el hombre que le llevaba de pequeño a ver el Tour, que le traía a Europa para que sintiera el ciclismo, se mueve ahora en una silla de ruedas después de ser arrollado por un coche cuando andaba en bicicleta. Las victorias, desde entonces, son para él.

Victorias grandes como las de ayer, por delante de los mejores esprinters del mundo, por delante de Cavendish. «Ganarle es una motivación extra, pero mi principal motivación es ganar», dice. Ni siquiera piensa en el Mundial, como todos los esprinters. «Estoy aquí para ganar», insiste. Y, de momento, cumple.

Al británico se le atraganta la Vuelta. Farrar aprendió pronto a quererla. Ya ganó el año pasado en Caravaca de la Cruz, lugar de salida de la etapa de hoy. Cavendish sigue buscando su oportunidad. Como Koldo Fernández de Larrea. El esprinter de Euskaltel fue segundo en la etapa. Sin demasiada colaboración, pero sin quejas. «Este es el equipo de Igor Antón. Tiene que trabajar para él», asume. Mientras, Koldo se busca la vida y mantiene la esperanza. «El segundo también es un buen puesto. Y hay que rozar el palo para meter gol», dice.

Koldo, el vitoriano del Euskaltel, es la opción española para el esprint ahora que Freire sólo espera que pasen los días y llegue la hora de marcharse. No quiere aguantar en carrera hasta el final como le obligaron a hacer en el Tour. Quiere irse a casa y preparar el Mundial. Puede ser el primero en la historia en ganar cuatro. Y eso vale más que una etapa en la Vuelta.