Bruselas
España vuelve a marcar los tiempos en Bruselas
El plan del BCE permite al Gobierno pactar la futura ayuda europea con condiciones suaves n La Comisión Europea descarta un rescate total
MADRID- El tiempo se ha convertido en el mejor aliado del Gobierno español. Desde que nuestro país firmara el Memorándum of Understanding (MOU) ligado al programa de ayuda financiera para el saneamiento del sector bancario, la palabra rescate ha ido asociada a cada variación registrada en las bolsas europeas y en los mercados de renta fija.
El «pulso» silencioso que mantienen Mario Draghi, presidente del BCE, y Mariano Rajoy puede mantenerse durante algunas semanas más, máxime después de que el Eurogrupo dijera el viernes que en las actuales condiciones del mercado España no necesita inminentemente ayuda financiera.
Bruselas tiene esta sensación porque el mercado secundario dibuja un escenario algo más asumible para el Tesoro. La rentabilidad del bono a diez años se sitúa en el 5,686% y la prima de riesgo está más cerca de caer por debajo de los 400 puntos básicos que de volver a las alturas del mes de julio, cuando marcó su máximo intradía en 649 puntos, haciendo sonar todas las alarmas.
Desde entonces, el anuncio del BCE de tener dispuesto un mecanismo para ayudar a los países con problemas de financiación en los mercados siempre y cuando fuera solicitado por sus gobiernos de forma oficial y el silencio del Ejecutivo español han dado unos resultados inesperados. La prima de riesgo ha bajado 232 puntos básicos (un 35,7% menos desde el máximo de julio) y el bono a diez años paga rentabilidades dos puntos porcentuales más baratas.
¿Está ganada la batalla?
Aquí también hay sus más y sus menos. Mientras en Bruselas lanzan el mensaje tranquilizador de que España no está muy agobiada por los mercados a la hora de financiarse (la última emisión de deuda del jueves así lo indica), éstos dan por descontado que más temprano que tarde España acabará pidiendo ayuda a la UE.
Lo que parece meridianamente claro es que en ningún caso la ayuda que solicite nuestro país tendrá parecido alguno con los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal. El Gobierno ya ha puesto en marcha muchas reformas en estrecho contacto con los técnicos de Bruselas, lo que deja sin argumentos a las autoridades comunitarias para «castigar» aún más la economía española. Éstas son las opciones que se barajan:
l Línea de crédito
Una de las posibilidades que se ha discutido estos días es la de que el fondo de rescate permanente (MEDE) otorgue una línea de crédito al Gobierno español con condicionalidad suave, plan denominado ECCL, por sus siglas en inglés. El Ejecutivo tendría que pedirlo formalmente y Bruselas exigiría nuevos ajustes. Está prácticamente descartado, tanto por el ejecutivo comunitario como por las autoridades españolas.
l Aval de la zona euro
El proyecto anterior podría ser sustituido por un hipotético aval de la UE a los bonos españoles (ECCL+). Garantizaría entre un 20% y un 30% de la deuda que emita el Tesoro, los inversores tendrían garantía de cobro en caso de que el Estado tuviera problemas y la demanda de las subastas subiría. Es una de las opciones que más apoyos ha recibido en los últimos días.
l El proyecto de Draghi
La solicitud de cualquiera de los dos mecanismos anteriores permitiría al BCE comprar bonos en el mercado secundario. El orgnaismo no pone límites de capital a las adquisiciones, que se centrarían en bonos de hasta tres años y serían lo suficientemente «fuertes» como para reducir el coste de financiación del país. La primera tentativa duraría dos meses y el organismo valoraría el resultado. La sola presencia del plan de Mario Draghi ha servido para devolver la tranquilidad al mercado.
l El rescate duro
Las únicas similitudes de los planes anterior con los rescates duros son que la UE incluiría alguna condición más a cumplir, como pudiera ser una nueva reforma laboral, algún ajuste para la sostenibilidad de las pensiones y la creación de un sistema de vigilancia de su cumplimiento, que nunca equivaldría al férreo control y al estricto programa de austeridad que existe sobre Grecia, Irlanda o Portugal. «Todo lo que se puede exigir a una economía está ya reflejado en el MOU firmado en julio pasado», dicen desde Madrid.
Para los analistas, España no puede permitirse el lujo de entrar en 2013 con dudas sobre su capacidad para devolver la deuda emitida, que ese año superará el 90% del PIB, lo que equivale a hablar de más de 900.000 millones de euros. Nuestra economía tiene que afrontar vencimientos de deuda por valor de 160.000 millones y emitir deuda nueva por otros 48.000 millones.
La posición de España ha dado argumentos a los países renuentes (Alemania, Holanda y Finlandia) para aprobar ahora un nuevo plan de ayuda financiera europea. Detrás de su posición se esconde, además de una confianza ciega en las cuentas saneadas para este ejercicio y el siguiente y sus problemas para justificar ante sus opiniones públicas un nuevo gasto que vendría a sumarse a los de Grecia, Portugal e Irlanda.
«Estamos en la mitad del camino»
El presidente del fondo europeo de rescate permanente (MEDE), el alemán Klaus Regling, considera que en la lucha contra la crisis de la deuda la eurozona ya ha recorrido más de la mitad del camino, según publicó ayer el diario «Rheinische Post». «La crisis todavía no se ha acabado, pero hemos recorrido más de la mitad del camino en lo que respecta a los ajustes nacionales», aunque serán necesarios algunos más, declaró. Su «mayor preocupación es que algunos países en crisis no tengan la fuerza política de mantener hasta el final el rumbo doloroso pero eficaz de las reformas, lo cual sería catastrófico».
Espaldarazo internacional
BCE
El presidente del BCE da por cumplido su papel en la crisis de deuda al haber conseguido sacar adelante el nuevo programa para intervenir en los mercados secundarios (OMT) que ha servido para aliviar la tensión en los mercados. En el caso de España, alaba las reformas de Rajoy y se niega a presionarle, asegurando que la decisión es política y no le corresponde a él usurpar su papel.
FMI
La directora del FMI, Christine Lagarde, ha asegurado que quiere ayudar a España de la forma más adecuada y flexible, sin menoscabo del rescate que pueda aportar la UE. «El FMI está listo para ayudar a nuestros miembros si lo desean. Estamos satisfechos de todo lo que España hace para reestructurar su banca. Hay que proseguir y poner en marcha esa reestructuración», aseguró esta semana.
COMISIÓN
Bruselas siempre se ha mostrado dispuesta a respaldar a España. De hecho, ha ayudado al Gobierno a elaborar el plan de reformas y los Presupuestos de 2013, que allanarán el camino si España decide pedir la ayuda. Asimismo, el comisario Rehn se ha posicionado claramente del lado de Madrid, al defender que las condiciones que se impondrán son las que ya está poniendo en marcha Rajoy.
✕
Accede a tu cuenta para comentar