Kiev

A Italia sólo le queda la historia

El proyecto de Prandelli sufre un revés. Pirlo se quedó sin socios y, sin la pelota, la nueva «Azzurra» no sabe qué hacer 

A Italia sólo le queda la historia
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La selección italiana está en fase de construcción. Se viven momentos de cambio en las filas de la «Azzurra». La transición del «catenaccio» a un fútbol de toque y posesión es larga, dura y complicada. Y lo peor que le puede pasar a un proyecto en fase de gestación es sufrir un terremoto. Porque no se puede calificar de otra manera lo que sucedió ayer en Kiev. Los cimientos del Estadio Olímpico de la capital ucraniana temblaron al paso de una España sublime, que pasó por encima de Italia y se proclamó campeona de Europa con mayuscúlas.
No son los italianos una raza que se dé por vencida fácilmente, así que el proyecto de Prandelli podrá seguir su recorrido sin recibir demasiadas críticas. Sólo ha sido superado en esta Eurocopa por la mejor Selección del mundo sin discusión, así que tampoco hay que derribar el Coliseo. Pocos equipos hubieran plantado ayer cara a España, si es que hay alguno.

Es digna de elogio la apuesta de Prandelli, que no renuncia a su nuevo estilo ni en los peores momentos como en esta final. Una cosa sí se le podrá reprochar al técnico, quizás la única, y es que en cierto sentido pecó de pardillo. Antes de cumplirse la hora de partido agotó los cambios y acabó pagando su error. Cierto es que tuvo que prescindir de Chiellini por lesión en la primera parte y se vio obligado a cambiar en cierto modo a su equipo en el descanso ante la superioridad española. Pero la entrada de Motta por Montolivo no mutaba la imagen de Italia en absoluto y, cinco minutos después, el italobrasileño se rompía el isquitoibial y abandonaba el terreno de juego dejando a los suyos con diez. España aprovechó el regalo para redondear una noche y un marcador de ensueño.

A pesar de todo esto, el balance de Italia en esta Eurocopa es más que positivo. Su exhibición ante Alemania en semifinales quedará grabada para siempre, un premio a esta nueva apuesta «azzurra» por un fútbol mucho más atractivo para el espectador.

Ayer no hubo espacio para que nadie brillara, pero el torneo de Pirlo, que encarna a esta nueva Italia, es para enmarcar. Su capacidad para echarse el equipo a la espalda y mover el balón a sus anchas es impresionante. Es quizás el único futbolista de todo el campeonato que no desentonaría en el centro del campo de «La Roja». Tras un primer cuarto de hora sublime de los de Del Bosque, el cerebro «azzurro» intentó poner un poco de orden y luchar por el balón, pero le faltó continuidad y le faltaron socios. Marchisio y Montolivo, dos jugadores con un perfil similar, no estuvieron a la altura y Pirlo fue una isla en medio de un desierto en el que soplaba un vendaval llamado España.

Sin un centro del campo que carburara, la labor de los dos delanteros se convirtió en misión imposible. Balotelli, una de las más firmes apuestas de Prandelli, lo intentó como en él es habitual con disparos lejanos pero esta vez la puntería la tenía desviada. El delantero del City, eso sí, ha completado un gran torneo y nadie ha marcado más goles que él. Sus tres tantos, especialmente su doblete ante Alemania, han sido fundamentales para la «Azzurra» y su rendimiento ha silenciado todas las críticas por su carácter. Prandelli se la jugó con él y ha respondido, a pesar de que muchos «expertos» demandaban al seleccionador que ni siquiera le convocara para esta cita.

A pesar de haber recibido la mayor goleada de la historia en una final de la Eurocopa, esta Italia apunta maneras y en Brasil volverán a dar guerra. El rival a batir seguirá siendo España.