Buenos Aires
Piglia pesadilla campestre argentina
Regresa con «Blanco nocturno», una novela policiaca que trasciende el género a través de personajes estrambóticos y la política como telón de fondo
Ricardo Piglia está de vuelta. Trece años después de «Plata quemada» (la novela con la que en 1997 se alzó, en medio de acusaciones de fraude y amenazas de escándalo, con el Premio Planeta de Argentina), el autor de «Respiración artificial» regresa a la ficción con una novela policial, una historia que, en la soledad de la pampa bonaerense, narra las consecuencias de un crimen y una trama familiar en la que se mezclan el amor, la locura, la muerte.
Tony Durán, un puertorriqueño afincado en Estados Unidos, se instala en un pueblo de la provincia de Buenos Aires gracias a Ada y Sofía Belladona, dos hermanas gemelas que pertenecen a una de las familias tradicionales del lugar y a las que ha conocido jugando en los casinos de Atlantic City. Nadie sabe qué hace allí, perdido en mitad de la llanura pampeana. Son los comienzos de la década de 1970 y Tony Durán, que ha llegado con una maleta repleta de dinero, aparece muerto en la habitación del hotel donde vive.
Más allá del asesinato
Novela de personajes que se enfrentan al absurdo que el destino va urdiendo sobre ellos, «Blanco nocturno» (que en un principio iba a ser una novela que transcurría durante la Guerra de las Islas Malvinas y cuyo título, de hecho, alude a los visores infrarrojos que los soldados ingleses utilizaron para poder disparar en la oscuridad) es también una narración plolicial clásica que, sin embargo, no se detiene en la simple resolución de un asesinato.
Porque el crimen de Durán, a pesar de ser el motor de la historia, con el correr de las páginas se convierte en el pretexto para que entren en escena otros personajes que, en un juego de espejos y contrarios, acaban componiendo la forma de una pesadilla campestre, argentina: Luca Belladona, que pretende llevar adelante un proyecto tan demencial como montar una fábrica de nada en medio del páramo; el comisario Croce, que intentará resolver el caso a partir de conjeturas e intuiciones; y Emilio Renzi, escritor, periodista y alter ego de Ricardo Piglia que ya figura en sus otras novelas y que en «Blanco nocturno» es enviado por el diario de Buenos Aires en el que trabaja para cubrir el hecho y, de paso, descubrir una trama que va más allá de lo estrictamente policial.
Ninguna novela de Piglia es igual a otra, como si en cada una de ellas pretendiera abordar temas nuevos, estilos diferentes, y, al mismo tiempo, pusiera en juego una discusión en la que se cruzan la literatura y la política, distintas formas de narrar y diversos relatos que atraviesan y constituyen la realidad. Así, situada en un contexto histórico concreto: 1972, cuando todavía no se sabe si Perón regresará a Argentina después de 18 años de exilio y mientras la guerrilla empieza a tomar posición en un compás de espera que con los años se traducirá en un golpe militar y 30.000 desaparecidos, «Blanco nocturno» no sólo significa el regreso de Ricardo Piglia a su mejor ficción. Es, también, la permanencia de una obra que crece, que permanece, que se renueva en cada paso.
Título: «Blanco nocturno».
Autor: Ricardo Piglia.
Editorial: Anagrama. 304 páginas,
19 euros.
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