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ANÁLISIS A por el enemigo local

La Razón
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¿Marca un antes y un después el asesinato de Walid Karzai?
–Perfectamente podría hacerlo. El anuncio de retirada episódica pero innegociable de los aliados principales de Estados Unidos puede hacer a los talibán bascular en la selección de sus blancos. De los ataques concentrados en el «enemigo lejano» (España, Reino Unido, Francia y otros socios de la ISAF) se pasaría a una ofensiva focalizada en el «enemigo cercano» (el Gobierno apóstata de Afganistán). Altos cargos, asesores o gobernadores locales son objetivos muy asequibles para los terroristas autóctonos.

¿Está «vendido» el actual Gobierno de Afganistán?
–Sin duda. Y lo estará en el corto plazo de forma más alarmante. Desde su llegada al poder, y a pesar de la ciclotímica ayuda de Bush y Obama, el presidente Karzai ha sido incapaz de dotarse de unos servicios de información y unas Fuerzas Armadas con un nivel mínimo de entrenamiento, equipamiento y, en definitiva, de capacidades para blindar la seguridad hasta un listón aceptable. Todo lo que no se ha alcanzado hasta hoy será imposible lograrlo en el futuro. Los esfuerzos de la coalición, porque así lo entienden sus líderes, van encaminados a la pura gestión de recursos económicos y humanos. La preocupación está empezando a ser no tanto «salvar Afganistán» sino salvar vidas y recursos propios cuyas pérdidas pudiesen ser inexplicables para las opiniones públicas occidentales.

¿Aciertan los aliados en la gestión de la retirada?
–En absoluto. Los fallos de comunicación política terminan generando para las tropas internacionales problemas y obstáculos en la acción militar. Planteado en otros términos, declaraciones como las de Sarkozy u otras similares de dirigentes europeos como Zapatero marcando la salida del país, pase lo que pase hasta esa fecha, son el mejor aliento y el más eficaz combustible para los yihadistas. Las organizaciones violentas arraigadas en el país, con asesinatos como el de Karzai, están mandando un mensaje límpido a la comunidad internacional: una vez vaciado el territorio de soldados, la dinámica natural será la del puro caos y, paulatinamente, la de la reconquista palmo a palmo por quienes comulgan con el ideario de Al Qaida.