Un niño muere en Port Said en las protestas por cerrar el club de fútbol local

EL CAIRO- La violencia regresó este fin de semana a Port Said, donde el pasado mes de febrero murieron 74 personas en el estadio de fútbol de la ciudad, después de que un grupo de aficionados invadiera el césped, atacara a los jugadores y provocara una estampida en la que fallecieron asfixiados decenas de jóvenes.

El viernes pasado la Federación de Fútbol egipcia sancionó al equipo de Port Said, Al Masry, que no podrá competir durante dos años en la liga nacional por los incidentes de febrero. La penalización, considerada injusta, hizo que los hinchas de Al Masry bajaran a la calle en la madrugada de ayer y se enfrentaran con las fuerzas de seguridad hasta bien entrada la tarde: un menor de 13 años falleció, decenas de personas resultaron heridas y los ánimos permanecen alterados en Port Said, donde la disputa deportiva se ha convertido en una cuestión de justicia y honor, y promete volver a explotar en cualquier momento. Una multitud de personas participó ayer en el funeral del joven fallecido de un disparo esta madrugada para pedir justicia.

Al Masry y toda la ciudad dicen sentirse atacados y estigmatizados desde la matanza del 1 de febrero, de la que se culpa principalmente a la afición del equipo de Port Said y a los responsables policiales y políticos locales, algunos de los cuales ya están siendo investigados.

 «Las sanciones adoptadas contra Al Masry son lo mínimo según las normas de la FIFA y la Federación Egipcia de Fútbol», subrayó el jefe del Gobierno, Kamal Ganzuri, en declaraciones a la prensa durante un acto en El Cairo.