Ni compulsivos ni desprotegidos

SEVILLA- Crisis, cuesta de enero, Reyes Magos... El primer día de las rebajas, todo eso queda atrás, como si nunca hubiera existido. En las calles, oleadas de ávidos compradores en busca de la ganga soñada. Hay que ser rápido y tener claro el objetivo porque, el que se despista unos segundos, pierde mucho. El primero en llegar, triunfa; un poco más tarde, montañas de ropa desordenada y colas kilométricas saludan al rezagado.
Las zonas comerciales de la ciudad acapararon ayer todo el protagonismo. Una dependienta de El Corte Inglés, estresada, lo resumía así: «Es lo que toca cada año por estas fechas, ni crisis, ni nada». Paciencia. Los descuentos de entre el 30 y el 50 por ciento –en un intento por compensar las malas cifras de otoño– animan a los dubitativos a otro esfuerzo, tras los desembolsos navideños, mientras desde la Junta apelan a un consumo «consciente, sostenible, razonable y saludable».
Para «proteger» a los incautos compradores en tan «arriesgada» misión, la Dirección General de Consumo realizará en Sevilla 76 controles –554 en toda Andalucía– durante el periodo de rebajas, la mitad en las grandes superficies y el 50 por ciento restante en el pequeño comercio. Como novedad, en esta ocasión, el 10 por ciento de los registros se llevarán a cabo a partir del 10 de febrero, para vigilar que, entonces, las tiendas que mantengan el letrero de rebajas conserven al menos la mitad de sus artículos con descuentos.
Desde ayer, los inspectores de Consumo comprueban la claridad de la información sobre los precios, que la mercancía rebajada esté en perfectas condiciones de calidad y que el criterio para las formas de pago y devolución no varíe. Las cifras oficiales hablan de que, el año pasado, el 95 por ciento de los comercios cumplió la normativa. Desde la asociación de consumidores Facua, no obstante, alertan de que la publicidad engañosa y la competencia desleal son prácticas habituales durante las rebajas e instan a las autoridades a modificar sus protocolos de inspección para detectarlo y sancionarlo con dureza.