Afganistán

Virginia Beach en el ojo del huracán tras la muerte de Ben Laden

En esta localidad vacacional de la costa Este de EE UU se forjó la unidad de elite que asaltó el último escondite del líder de Al Qaeda.

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La Historia ha unido la localidad estadounidense de Virginia Beach y el suburbio pakistaní de Abbottabad. Dos lugares remotos pero que han quedado vinculados ya como lugares de culto, de exacerbación patriótica y religiosa o, simplemente, como nuevos referentes turísticos.
En Abbottabad, Ben Laden estableció su santuario hace cinco años, una mansión blindada al exterior con altos muros y cristales tintados, un refugio lejos de la imagen guerrillera del líder de Al Qaeda escondido en alguna cueva en la frontera afgana y que ahora es conocido como «Binlandia».

Virginia Beach es una bulliciosa localidad de casi medio millón de habitantes famosa por sus decenas de playas y hoteles a orillas del Atlántico. De entre sus tres bases militares ha salido la unidad que el pasado domingo encañonó a Ben Laden. Está compuesta por los mejores soldados de las fuerzas de elite, la flor y nata de la Marina estadounidense seleccionada para las misiones más exigentes y que se apunta a que fue la protagonista de la operación. Pertenecen al denominado «Grupo Especial de Desarrollo de Guerra Naval», aunque la unidad es conocida como «DevGru» en el argot militar, y es heredera del «Seal Team Six (ST6)», disuelto en 1987 y que ahora opera bajo un nombre secreto.

Sus integrantes cuentan normalmente con cinco años de servicio, un amplio bagaje en misiones en Yemen, Somalia o Afganistán. Y para una operación de la envergadura de la realizada el pasado domingo, bajo el nombre de «Gerónimo», los comandos se entrenan y planifican durante años para un asalto de 40 minutos. El bagaje final de su última acción fueron cinco muertos, entre ellos Ben laden. Del lado norteamericano únicamente se lamentó la pérdida de uno de los dos helicópteros que transportaron a los militares.

Los habitantes de Virginia Beach, desde el propio alcalde de la ciudad, han celebrado que en sus dominios se forjara lo que acabaría con el golpe al líder de origen saudí. Sin embargo, declinan hacer declaraciones en público o aportar detalles sobre los cuerpos de elite que se forman allí. En el ambiente está también alguna posible represalia por parte de Al Qaeda, un temor que está extendido ya por todo el país.

La elite de la Marina

Los «Navy SEALs» son 2.500 soldados en total y participan en misiones tan variadas como el combate, la lucha contra el terrorismo o el rescate de rehenes.

«Los chicos tienen una inteligencia por encima de la media y están genéticamente diseñados para soportar una gran cantidad de castigos. Son pura sangre, caballos de carreras», dijo al canal de noticias «BBC» un veterano del cuerpo.

De entre el gran número de aspirantes a formar parte de los «Navy Seals», la tasa de deserción es del 80 al 85 por ciento, fundamentalmente durante la instrucción básica, que dura seis meses. Los aspirantes se enfrentan a pruebas como un desafío de 120 horas en el que, sin apenas descanso, deben nadar, correr, superar carreras de obstáculos, bucear y navegar.