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Liquidación total
«Como se venda todo, voy a por más», aseguraba Carmen Lomana apenas veinte minutos después de que abriera las puertas del rastrillo solidario que ha montado con la ropa que rebosaba en su casa. A juzgar por lo visto ayer, le va a tocar rebuscar en su ropero más piezas. Y es que ya desde una hora antes de las seis de la tarde –momento fijado para la apertura de puertas–, había una veintena de lomanistas esperando. Una multitud que fue «in crescendo» hasta que la donante de alta costura dio el pistoletazo de salida a todos los deseosos que esperaban con impaciencia.
«Vamos a hacer como H&M con Versace, daremos un tiempo limitado para comprar. Que pasen de seis en seis, aunque luego vamos viendo», instruye una Lomana dependienta que lo mismo posa con la clienta que busca la talla perfecta para sus «fans». «He venido porque soy seguidora suya y estoy encantada con lo que me llevo: una blusa y un vestido», asegura Marta, la primera compradora de la jornada que demostraba su satisfacción con la iniciativa. El total de la compra: 15 euros. «Y me hubiese gastado más, pero mi amiga me ha cogido el vestido que más me gustaba», subraya.
¿El ritmo del tour lomanista? Vistazo al perchero caro, una vuelta por el barato, visita obligada al probador para vestirse las prendas y por último, el pago en caja. Las cuentas las lleva Mariajo, la hermana de Carmen. Compras y más compras. Allí nadie se iba con las manos vacías. Lo más caro, un abrigo de Dior por 1.000 euros. ¿Lo barato? Desde 3 euros, surtido de mercadillo. No hay que rebuscar mucho para encontrar algo al gusto del personal. Se nota que las prendas de caché, esto es, las de Verino, Marc Jacobs o Lidia Delgado, están cuidadas con mimo. Y las «low cost», básicamente de Zara, están para estrenar, a buen seguro, fruto de alguna compra compulsiva. No menos interesantes son las piezas de bisutería donadas por la joyería Consuelo Sierra, una de las tiendas clásicas de Moda Shopping.
La cita con Lomana se extenderá durante el resto del fin de semana. Y todo con el único fin de recaudar fondos para financiar la labor social que las Hermanitas de la Caridad desempeñan en Chamberí. «¡Qué mejor que colaborar con unas mujeres entregadas de mi barrio! Realizan una labor de ayuda integral a todo el que lo necesita con el comedor, repartiendo comida a familias de clase media que están sufriendo la crisis...», concluye Lomana.
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