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Todo Madrid
La deuda de las autonomías se ha disparado. Ése es un hecho cierto. Sin embargo, la interpretación posterior que se hace desde Madrid –entendiendo Madrid como ese conglomerado político y económico que marca la pauta– es cuestionable. Todo Madrid dice que la situación es insostenible por culpa de las autonomías. Hay que poner en cintura, concluyen, tanto despilfarro. ¿Cómo? Muy fácil, dando un paso atrás en la configuración de la España de las autonomías. Volviendo al ansiado Estado centralizado en el que la villa y corte decide los destinos de todos. Ésta no es toda la verdad. Ni mucho menos. No todo son excesos en las comunidades autónomas. Hay gastos prescindibles, seguro. También los hay en la administración central. Todo Madrid omite que las autonomías cargan sobre sus espaldas el mayor gasto del Estado, porque también son Estado aunque algunos lo olviden. Materias como educación, sanidad, seguridad, coberturas sociales, asistencia a las personas, servicios generales, inversiones se llevan una gran parte del dinero autonómico porque ejercen competencias del Estado, a veces sin los recursos añadidos. Competencias que ya no tiene el Estado central. Sin embargo, éste no ha adelgazado un ápice en los últimos 30 años. No ha reducido personal, ni gastos, ni estructura. Tiene menos competencias pero todo sigue igual. Mejor dicho, el personal, los gastos y la estructura han aumentado. La corriente centralista tan arraigada en todo Madrid oculta esta parte de la realidad. No asume que, en años, no ha hecho nada para adaptarse al modelo constitucional. No ha querido, ni quiere, perder el poder. Es más, quiere recuperarlo. El exceso de gasto autonómico, la excusa perfecta. Ya tienen culpable. Del resto, pelillos a la mar.
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