Barcelona
Anne Perry / escritora: «Narro problemas sin solución fácil»
BARCELONA–Nos ha vuelto a sorprender usted con una historia del detective William Monk. ¿Tocaba o es el protagonista sobre el que le apetecía escribir?
– Las dos cosas. La editorial tiene dos o tres novelas mías para elegir cuál va a publicar y eligió ésta. Yo lo que suelo hacer al escribir es alternar entre los protagonistas de mis dos grandes series, Monk y Pitt.
– Y de nuevo, como no, ubicada en la época victoriana. ¿A qué se debe la elección de sus escenarios, además tan diferentes entre sí, como la I Guerra Mundial, el Imperio Bizantino o Londres?
– Mi primera novela, de 1976, estaba ambientada en la época victoriana y la editorial me dijo que si quería escribir otro libro con la misma ambientación lo aceptarían, y además es una época que suele gustar al lector. En cuanto a la I Guerra Mundial, me parece un período muy interesante que puede ser considerado el inicio de la era moderna. En el caso de «El brillo de la seda», que transcurre en Constantinopla, me apetecía esribir una novela completamente diferente a las anteriores y pensé en un período que me interesara y atrayera. Ahora estoy trabajando en una novela que se inicia en la Italia y parte de Europa de 1933 a 1938, una época que considero muy importante y ahora parece que, si no tenemos en cuenta el pasado, vamos a cometer los mismos errores que entonces.
– ¿A qué errores se refiere?
– Al extremismo. Creo que la utopía puede parecer la forma perfecta de vivir, pero obliga a todos a ser iguales y eso es horrible. Una cosa es igualdad de oportunidades y otra es hacer a todos iguales, porque se acaba la creación, es la negación del arte.
– Y este tema esta presente en todas sus obras, ¿no es cierto?
– Sí, hay que tener claros nuestros valores porque si no los vamos a destruir. No se puede hacer lo que quieras, pero sí pensar lo que quieras.
– Volviendo al tema de los escenarios, para reflejarlos obviamente deberá documentarse.
– Sí, en algunas ocasiones viajo al lugar, pero evidentemente al pasado no se puede viajar. Para mis novelas sobre la I Guerra Mundial fui al campo de batalla y visité muchos museos y para «El brillo de la seda» fui a escenarios del antiguo Bizancio dos veces. En el caso de las novelas victorianas, he tenido que leer mucho para conocer todos los detalles de la época: las costumbres sociales, la vestimenta, el entretenimiento, la política, el transporte, la medicina... Siempre habrá alguien que los sepa y me diga que he cometido un error.
– Y, pese a todo, aún tiene tiempo de escibir al menos dos novelas al año.
– La vida es corta y además no hago nada más. Disfruto escribiendo. Al año puedo tener acabadas dos novelas y un relato para Navidad. Y ahora también estoy haciendo un guión para cine de una de mis novelas de Pitt.
– Aparte de la serie de novelas de Monk, también tiene la del policía Pitt y la de la I Guerra Mundial. ¿Le gusta ofrecer sus historias por capítulos?
– Pese a ser series, cada una de las novelas es un reto para mí y son diferentes entre ellas. En cada una pienso nuevos retos para los personajes. Además, también puedes hacer volver a pesonajes secundario interesantes que habías dejado aparcados.
– Usted en alguna ocasión ha dicho que para escribir hay que tener cosas que contar. ¿Qué tiene usted que contar?
– Escucho las noticias y observo a la gente y me gusta traspasar los problemas del presente a la época victoriana. Los problemas a los que se les encuentra solución fácil no son interesantes.
– Los personajes de sus novelas que suelen cometer atrocidades siempre son gente corriente que deja de serlo. ¿Eso se produce de esa manera en la vida real?
– Siempre tiene que haber algo que les aboque a eso. En algunos casos puede ser una desesperación callada. No sería creíble que surgiera de la nada. A la gente puede pasarle algo para lo que no está preparada y en ese caso la reacción es imprevisible.
– Usted afirma que su vida se ve en sus obras , pero ¿sus obras también repercuten en su vida?
– Yo cambio a mis personajes, ellos a mí no, pero es cierto que el hecho de crearlos e intentar comprenderlos sí me cambia. Es interactivo.
– Ha titulado su nueva entrega de Monk «Una pérdida razonable». ¿Por qué?
– Porque se refiera al dilema que surge frecuentemente en la vida sobre hasta qué punto es razonable lo que vas a perder comparado con lo que puedes ganar.
– ¿Dilema que surge a varios de sus personajes, que deben decidir entre mantenerse fieles a sus valores o apoyar incondicionalmente a un familiar o amigo?
– Es cuando realmente eres consciente de tus prioridades. Las historias son interesantes cuando es difícil elegir entre lo bueno y lo malo. El problema viene cuando ambas opciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Para mí, al escribir es importante crear situaciones en las que no hay respuesta.
– ¿Le gustan los malos?
– Me gusta le evolución lenta de los personajes; personas que van tomando decisiones equivocadas, que les llevan a algo muy negativo, pero no son personas malvadas por naturaleza. Los pequeños errores a veces pueden acabar siendo claves y eso es lo que pasa en la vida real.
Perfil
Del Londres victoriano a Bizancio
Anne Perry (Blackheath, Londres, 1938) es una prolífica escritora de novela negra. Con más de 50 obras en su haber, destacan la series del detective Monk y el policía Pitt, ambas ambientadas en el Londres victoriano, y la de la saga de los Reavley, que transcurre durante la I Guerra Mundial. Además, recientemente ha sorprendido a sus lectores con «El brillo de la seda», una novela única con Bizancio como escenario. Su nombre real es Juliet Marion, pero tras una infancia difícil con serios problemas de salud y después de haber sido condenada a 5 años de prisión por asesinar a la madre de una amiga junto con ésta, cambió su nombre por el de Anne Perry, quien se refugia en la religión mormona.
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