Cambios en el PP

La falta de ética de «Invictus»

La Razón
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Tras una campaña electoral donde hizo el ridículo más espantoso y cosechar un sonoro fracaso en las urnas, Tomás Gómez se aferra al poder y no dimite. No me sorprende. Es la doble vara de medir de un sector de la izquierda. El problema es que no tiene donde ir. La Carlos III, la universidad más afín al PSOE, le acogió como profesor asociado con un currículum pobre y sin tener el doctorado. Es un docente de cuota política, sin publicaciones destacadas o experiencia que aportar a sus alumnos. La figura de los asociados que no han hecho el doctorado estaba pensada para profesionales de prestigio. No parece que un político fracasado pueda ofrecer mucho a sus alumnos. Otro síntoma de la grave crisis que vive el PSOE de Madrid es la ausencia de autocrítica y la profesionalización de la política en el peor de los sentidos. Gómez domina un comité regional que no quiere cambios para no poner en peligro sus puestos de trabajo. No sé muy bien qué aplaudían tras un discurso inconsistente. ¿Les extraña que los madrileños se alejen del PSOE?