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Fuera de guión

La Razón
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Ya tenemos argumento. Ha habido acuerdo con que el Real Madrid jugó mejor en el segundo tiempo que en el primero. Es decir, que mejoró cuando el entrenador decidió contar con Özil y Khedira. Lo fácil ha sido decir que no supo elegir a los más capacitados.
Sorprendió, eso sí, que el nuevo técnico renunciara a alinear a jugadores que él mismo ha recomendado. Se supone que el responsable de la plantilla conoce mejor que nadie el estado de sus hombres y su adaptación al sistema de juego que se pretende implantar. Como el resultado no fue el más favorable lo fácil es recurrir a poner en duda su capacidad profesional. El Madrid no satisfizo y las explicaciones que se dieron apenas difirieron de las que se ofrecieron al comienzo de la pasada campaña. Entonces, y ahora, el equipo es casi nuevo y las incorporaciones de futbolistas, por muy acreditados que estén, no son fácilmente reciclables. Mourinho trabajó con unos futbolistas en la pretemporada y los últimos en llegar no han tenido tiempo para ensamblarse. Hay, además, problemas de idioma, que por mucho que se diga aquello de que el fútbol es lenguaje universal, ello no es tan palmario.
Mourinho optó por el intento de victoria por las bravas. Es de los que se la juega cuando el triunfo es una urgencia deportiva y mediática.
Ganar en Mallorca habría sido cumplir con el papel asignado. El empate estaba fuera del guión.