Libia
Gadafi deja sin gasolina a Misrata con dos avionetas
La incursión incendia los depósitos que abastecen la ciudad sitiada
Gadafi está empleando todos los medios de los que dispone y todas las tácticas, incluidas las más audaces, para aplastar la revuelta en la ciudad de Misrata, último bastión rebelde en el oeste de Libia y localidad estratégica entre la capital, Trípoli, y la ciudad de Sirte.
En esta ocasión, los hombres del dictador han echado mano de las avionetas usadas habitualmente para fumigar campos de cultivo para escapar al control de los radares de la OTAN y violar el espacio de exclusión aérea impuesto en los cielos de Libia por el Consejo de Seguridad de la ONU. Con estos aparatos, reconvertidos en improvisados bombarderos, las tropas gubernamentales han conseguido incendiar cuatro depósitos de combustible, propagando el fuego a toda la planta energética de Qasrel Ahmar, que abastecía la ciudad de Misrata, asediada y bloqueada desde hace más de dos meses. Sus cerca de 300.000 habitantes ya viven prácticamente sin electricidad y este nuevo sabotaje de Gadafi empeorará las condiciones en las casas y, sobre todo, en los hospitales, que operan actualmente con generadores alimentados con gasolina.
La Organización Internacional de Migraciones (OIM), que ha llevado a cabo seis misiones humanitarias a Misrata, ha relatado como las enfermeras en los hospitales tienen que pasar el día haciendo respirar manualmente a los pacientes ya que no hay suficientes respiradores automáticos o electricidad para hacerlos funcionar. Gadafi busca ganar la batalla por Misrata no sólo haciendo la guerra contra los rebeldes, sino asfixiando a la población civil. Destruir las reservas de combustible de la ciudad se suma al intento en los últimos días de bloquear la llegada de la ayuda humanitaria a Misrata por mar.
Fallos en el «escudo» de la OTAN
- La incursión aérea llevada a cabo por las fuerzas de Gadafi con el empleo de dos aviones civiles, de los usados para fumigar campos de cultivo, no sólo ha destruido la reservas de combustible de Misrata, calculadas para tres meses, sino que ha puesto en evidencia los fallos en el «escudo» de la OTAN, pese a que la Alianza dispone de más de 200 cazas y de la tecnología adecuada para detectar ese tipo de aparatos.
- También la vigilancia naval ha sido superada por las fuerzas gadafistas que, con embarcaciones de madera o desde helicópteros, consiguieron minar el puerto de Misrata a primeros de mayo.
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