El régimen vuelve a culpar a «terroristas» de otro atentado

Dos coches bomba explotaban a primera hora de la mañana de ayer, casi al mismo tiempo, frente a los edificios de ambas agencias gubernamentales, según el Ministerio del Interior sirio. Al menos 27 muertos y 140 heridos es la cifra oficial difundida por Gobierno. Los ataques repiten el mismo modus operandi que los de diciembre y enero en Damasco y febrero en Alepo: fuertes explosiones simultáneas junto a edificios clave de las fuerzas de seguridad del régimen, en sus dos bastiones. Como en aquellas ocasiones, los medios estatales mostraban ayer un escenario tan horrible que resultaba poco creíble. Una vez más, el Gobierno sirio culpa a los «terroristas», esto es, a la oposición. Los rebeldes armados tienen presencia en la capital, donde en los pasados días se han enfrentado con las tropas gubernamentales, pero se cree que no tienen la capacidad para llevar a cabo un atentado de este alcance en zonas céntricas fuertemente protegidas. La oposición siempre ha culpado al régimen de orquestar estos ataques para desacreditarla y la fuente de inteligencia no descarta que un grupo miliciano afiliado al régimen pueda ser el autor, incluso el movimiento chií libanés Hezbolá, uno de los principales aliados de Damasco. Una vez más, es imposible conocer la verdad, pero los ataques tienen lugar antes de la llegada de una nueva misión internacional que intenta negociar un alto el fuego con Asad, cada vez más presionado y que con ataques como éste legitima su política represiva.