De Guerra a Guerrero

Sevilla- Dos apellidos aparecen ya unidos a los momentos más oscuros de los 30 años de Gobierno socialista en Andalucía. Por diferentes motivos y sin relación uno con otro, Juan Guerra y Francisco Javier Guerrero han copado innumerables páginas con un denominador común: el abuso de poder que cometieron desde sus cargos. Desde un despacho, ambos dirigentes políticos pusieron contra las cuerdas al partido que los había nombrado, el PSOE. Felipe González y José Antonio Griñán tuvieron que sufrir las consecuencias. El hermano de Alfonso Guerra, desde su oficina en la delegación del Gobierno; y Javier Guerrero, desde la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social de la Consejería de Empleo, origen de la «trama de los ERE». El primero, en 1989; el segundo, durante 2001 y hasta 2008. Guerra fue juzgado y condenado –por menos delitos de los que en un principio se le atribuían– y Guerrero está en prisión a la espera de que concluya la fase de instrucción. Ambos constituyen un ejemplo de cómo durante 30 años se han casi mimetizado los órganos de poder en Andalucía con el Partido Socialista, confundiendo en muchas ocasiones la Administración regional con el PSOE o poniendo ésta última al único servicio de los intereses socialistas.