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Gustan «pezqueñines»

La Razón
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La selección nacional de fútbol, tras muchos años en que se le acusó, al grupo, y a los correspondientes seleccionadores nacionales, de que no tenía un juego característico, no respondía a un concepto que la distinguiese, cual ocurría con otras de los países del entorno, al fin halló la fórmula, el modelo. Y encima, resultó victorioso.El fútbol español tuvo momentos de gloria cuando los jugadores vascos, en mayoría, surtían las líneas del equipo. La cantera vasca parecía inagotable porque cada generación aportaba nuevas figuras. Actualmente, el Athletic Club, que era la cantera fundamental, ha tenido que recurrir a guipuzcoanos y especialmente navarros para mantenerse con dignidad al tener que competir en inferioridad de condiciones por su espíritu, por su ideal de no fichar extranjeros.Ahora, la selección nacional es un conjunto de futbolistas procedentes de, prácticamente, todos los rincones de España. Los catalanes, que en tiempos pasados también fueron soporte del equipo nacional, están de nuevo en la base del mismo. Sin que pudiera pensarse que el juego de la selección iba a ser contrario al que se había tenido por tradicional, el que desarrolla actualmente ha convencido a pesar de que tardó en hallar la mejor de las soluciones.El equipo español llegará al Mundial de Suráfrica con la aureola de su título europeo. También, como es natural, constará que en el mismo país sufrió cierta afrenta en el torneo de las Confederaciones. Lo importante será no alejarse del fútbol que le hizo triunfar en la Eurocopa con Luis Aragonés en el banquillo. Sabemos a qué jugamos y ello es símbolo de garantía. Los «pezqueñines» lo bordan. Si corren.