Música
El fiscal acorrala al médico de Jackson
El fiscal no dudó un instante. «Michael ya estaba muerto en el dormitorio del 100 North Carrolwood cuando su médico pidió ayuda», sentenció ayer durante la vista preliminar en la Corte de los Ángeles con la que el Ministerio Público busca llevar a juicio a Conrad Murray, el médico personal del artista, para acusarle del homicidio involuntario del cantante al administrarle una dosis letal de propofol.
Ante la mirada atenta del doctor, de la madre de Michael, Katherine, y dos de sus hermanos –Jermaine y La Toya–, el fiscal David Walgren aseguró poseer pruebas para demostrar que Murray intentó ocultar cualquier rastro del anestésico de la mansión de Jackson ordenando a un guardaespaldas que los escondiera antes de avisar a los médicos de urgencia. Así, habrían transcurrido entre 9 y 21 minutos desde que Murray fue consciente de la gravedad del estado de Jackson hasta que llamó a una ambulancia. Además, mantiene que actuó de forma negligente con el tipo de masaje cardíaco con el que intentó reanimarle. Para mantener esta tesis, el fiscal ha recopilado declaraciones de Murray a la Policía, así como mensajes de texto, registros telefónicos y el testimonio de expertos y testigos.
Multitud de testigos
En total, ha llamado a declarar a unas 35 personas para que presten testimonio, por lo que esta primera fase podría prolongarse hasta dos semanas. Entre las personas citadas a la audiencia figuran médicos, investigadores, guardias de seguridad y algunos de los trabajadores del artista que estuvieron presentes los días que precedieron a la muerte del intérprete de «Thriller».
El gran ausente ha sido el hijo mayor del cantante, que vio morir a su padre. Según la documentación que posee Walgren, Murray había estado dando a Jackson propofol seis noches a la semana durante aproximadamente dos meses antes de su muerte. El primer testigo de la Fiscalía fue Kenny Ortega, el coreógrafo de la gira que preparaba el artista, quien confirmó que seis días antes de su fallecimiento Jackson comenzó a encontrarse mal y no estaba en condiciones para ensayar. De hecho, reveló que en los últimos días de vida abandonó los ensayos de la gira antes de lo previsto.
Ante esta acusación en firme, el abogado de Murray, Ed Chernoff, se negó a dar una declaración de apertura. Ya hace unos meses, cuando se recopilaban las pruebas del caso, el cardiólogo de Houston se declaró inocente y sus abogados defendieron que no administró una dosis suficiente para matar a Michael. La familia mantuvo la discreción que no guarda cuando hay una exclusiva de por medio y se limitó a pedir «justicia» ante los reporteros allí congregados.
Sin licencia y hasta cuatro años de cárcel
Murray, de 57 años, fue contratado para ayudar a Jackson a prepararse y acompañarlo en su gira europea «This Is It», pero el artista falleció en plena preparación. El cardiólogo no sólo enfrenta a penas de hasta cuatro años de cárcel sino también a la revocación de su licencia médica. El todavía doctor se ha declarado inocente; su abogado asegura que nada de lo que su cliente hizo pudo haber lastimado a Jackson. Es más, intentarán probar que Murray salió unos minutos de la habitación del cantante y que Jackson podría haber aprovechado ese instante para administrarse él mismo el medicamento, causándole una sobredosis.
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