Murcia
OPINIÓN: Pedaleando
La cuesta tiene eso, decía Induráin cuando reventaba los puertos de media Europa a base de echarle riñones a la cosa. Me viene de cine la imagen para darle un poco de brío a lo que siento en este despertar del año nuevo. Encuentro a gente en la calle, lectores de esta Razón y oyentes de la COPE, que estos días son propicios para el saludo y los buenos deseos, y todos me dejan una mancha sentimental que se tiñe de cierta amargura con sus comentarios. En el ránkin sobresale con fuerza «Virgencita, que me quede como estoy». Tampoco faltan los conocidos «sálvese el que pueda», «no hay un duro» y el clásico del divorciado: «estoy tan tieso que me he ido a vivir con mi ex mujer y su novio». La cosa está mala, lo sé. Lo detecto cada vez que me echo a la cara a gente que antes era amable y ahora enseña las aristas. Hay que ver lo que le cambia a uno el carácter cuando tiene que acostumbrarse a lo que vene. Ojo, que eso nos pasa a todos y muchos estamos más callados que debajo del agua, con nuestros sueldos cercenados y haciendo más bolos que Ramonet el de las mantas. Claro, dirás que peor lo estás pasando tú, que estás en el paro hace seis meses. Y tú, que ya hace tiempo que no te pasan la ayuda. Y el abuelo que me mira desde su paguilla tan flaca. Tenéis más razón que Santo Tomás y San Agustín juntos. Pero ahora, como decía Induráin, tiempo es de pedalear y de no dejarnos vencer por los que nos mal mandan. Estoy en lo alto de una bici que pesa mucho, pero llevo mi cuesta con la mejor cara. Os deseo lo mismo a vosotros. Que haya alivio, que no nos resten más y sálvese el que pueda.
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