Castilla y León
Un héroe español
A los consejeros de la Junta de Castilla y León no les gusta hablar de recortes, prefieren utilizar la palabra «ajustes». Son, sin duda, las medidas más impopulares que se tienen que tomar desde un gobierno, pero hay que llamar a las cosas por su nombre. En tiempos de crisis, viene el tío Paco con las rebajas.
La sanidad y la educación pública conforman los dos pilares del estado de bienestar. Hay a quien le tiemblan las canillas cuando oye hablar de copagos, de listas de espera en los centros de salud o de reducción de gastos en colegios, institutos y universidades.
Nos volvemos extremadamente exigentes con médicos y enfermeras, pero ¿cuántas veces hacemos uso de los ambulatorios y las consultas porque no tenemos otra cosa mejor que hacer? España es el país de la picaresca.
Presumimos de jeta, de desfachatez, de tener caradura, de no pagar el IVA, de colarnos en el autobús, de cobrar el paro y hacer ñapas en B, de explotar a un inmigrante sin contrato o de tener un primo en la administración que nos agiliza el papeleo. Hacemos héroes a estos personajes, a los Torrentes, queremos ser como ellos cuando seamos mayores, pero a mi, qué quieren que les diga, me hacen vomitar hasta la náusea.
Lo difícil es detectar el despilfarro y está claro que lo último que se tiene que tocar son los servicios básicos de los que disfruta el ciudadano; porque para eso están los impuestos.
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