Una familia logra reducir las emisiones en un 80% en 6 meses

La familia Lidell aceptó el pasado mes de enero el reto de aprender a vivir generando menos dióxido de carbono (CO2) gracias a una vivienda sostenible, al coche eléctrico Volvo C30, dotado de 150 kilómetros de autonomía, y a una tecnología inteligente que mide el consumo energético en tiempo real.
Y los datos anunciados esta semana del experimento social «One Tonne Life», una iniciativa de Volvo Cars, Vatenfall y A-hu pionera a nivel mundial, hablan por sí solos. La familia sueca (formada cuatro personas) ha logrado reducir las emisiones de CO2 en un 80 por ciento en tan sólo seis meses.

El objetivo era hacerlo en un 85%
Es decir, muy cerca del objetivo fijado en este experimento: disminuirlas en un 85 por ciento. En concreto, el reto era que la familia pasara de siete a una tonelada de CO2 por persona y día y han conseguido reducirlas a 1,5.
Sólo en transporte los Lidell han conseguido reducirlas en un 95 por ciento al utilizar el transporte público y el vehículo eléctrico. En comida, el ahorro de emisiones ha sido de un 80 al optar por productos locales, en vez de por los producidos al otro lado del planeta.
Además, la familia sueca ha logrado reducir en otro 60 por ciento el consumo energético gracias a las medidas de ahorro pasivas de la casa, como las ventanas de cristal polarizado o las tres capas aislantes, por ejemplo.
Una reducción conseguida también por la «cara» recubierta de paneles fotovoltaicos de la casa, que ha permito producir energía por el día (1.500 kilovatios hora al año). Por todo ello, los Lidell han podido ahorrar un siete por ciento en sus facturas mensuales.
«Ahora tenemos un montón de ideas de cómo ayudar en la lucha contra el cambio climático. Estamos en mejores condiciones y más preparados que antes de entrar en este proyecto para cambiar nuestros hábitos», afirman a este semanario los padres, Nils y Alicja.
«Recargar el coche –prosiguen los padres– era muy sencillo. No hemos necesitado ‘‘enchufarlo a la red'' por el día, sólo cuando volvíamos a casa, ya que una carga era suficiente para nuestras necesidades diarias».