Toros
A los catalanes
Sin arrogancias identitarias venidas de la meseta: no os dejéis engañar. De un tiempo a esta parte estamos instalados en el absurdo y en lo prescindible. A nuestros políticos les ocupa más lo que importa a unos pocos que lo importante. Y al Parlamento catalán lo que le interesaba era desprenderse de uno de los ADN de España: los toros. Han intentado ponerse por montera las demandas de las sociedades protectoras de animales pero no ha colado. Ha sido una faena en todos los sentidos, en el taurino una burda y pueril con que se ha dado a la Fiesta Nacional un bajonazo a mala fe.Exiliados culturales en vuestra propia tierra, seréis la alegría del AVE cada vez de visitéis Las Ventas. Porque la mayoría de vuestros parlamentarios han mostrado una veta infantiloide, sólo que en vez de patalear, han botado, y votado, contra los toros. Y, de paso, os han pegado una patada a vosotros, que parece que ser catalán es incompatible con ser taurino. Ante ese reduccionismo una larga cambiada: los toros no tienen más bandera que la de su ganadería. Y nada más...
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