Cataluña

Farmacias asfixiadas

Las oficinas de farmacia no aguantan más. Los impagos de las CC AA y la bajada de precios para intentar reflotar una Sanidad en bancarrota estrangulan a las boticas más modestas y, de rebote, a los distribuidores. Llegan reclamaciones por vía judicial del dinero adeudado mientras los farmacéuticos alertan del riesgo de cierres, reducción de guardias y desabastecimiento. 

Farmacias asfixiadas
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Mientras Leire Pajín era condecorada este jueves con la máxima distinción que México otorga a personalidades extranjeras (la Orden del Aguila Azteca), la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), animaba a sus colegas del sector a unir fuerzas y llevar a juicio al Ministerio de Sanidad, al Sistema Nacional de Salud, a las CC AA, y al Instituto Nacional y Tesorería de la Seguridad Social, para que paguen la deuda que tienen con las oficinas de farmacia. Porque no pueden más. Porque algunas boticas, como las de Cataluña, han tenido que anunciar que no podrán hacer guardias ni noches por falta de fondos. Por los ceses temporales de algunas autonomías que se avecinan. Y por «la incapacidad demostrada por los responsables políticos para solucionar la crisis que están sufriendo las farmacias de las CC AA y que está poniendo en grave peligro la prestación farmacéutica», argumentan desde federación. Y todo pese a que las medidas que el Gobierno viene aplicando desde abril del año pasado «habían logrado» un descenso del gasto público en medicamentos con receta –con su consiguiente ahorro para el sistema (del 2,36 por ciento)–. Sin embargo, las cifras se han estancado. El pasado mes de junio el gasto acumulaba una caída del 9,42 por ciento tras muchos meses de decrecimiento constante. Pero en julio la variación interanual se quedó en un -9,34 por ciento.

Además, las prescripciones por principio activo y el incremento del uso del genérico (entre otros) afectan directamente a los propietario de la farmacia, porque su margen se ve reducido. «La retribución que reciben los farmacéuticos por su trabajo y el servicio que se presta en sus establecimientos disminuye todos los años, al depender de un porcentaje del precio del medicamento fijado por el Gobierno», argumenta Alberto García Romero, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Madrid.

A esto hay que sumar las deudas, pues las arcas de algunas comunidades están vacías para Sanidad y no pagan, lo que va a condenar a las boticas pequeñas y más aisladas. Y el círculo se agranda: si no pagan al farmacéutico, éste tampoco puede hacer cuentas con los distribuidores, que se ven salpicados. Al bajar los precios de los medicamentos, disminuye el margen que queda a la farmacia, mientras que el volumen de recetas dispensadas no ha dejado de crecer en ningún momento. «Todo ello ha minado la rentabilidad de las farmacias y cerca de un 40 por ciento de las mismas, las situadas en núcleos rurales con poca población y las más pequeñas de las ciudades, han tocado fondo», añade García Romero.

Mal enfocado

Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos dicen que los recortes «sólo se enfocan en la contención del gasto en medicamentos dispensados en farmacia sin afrontar las ineficiencias en otras áreas de Sanidad y del resto de partidas financieras con fondos públicos».

Por su parte, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, Manuel Pérez Hernández, explica que «con el último decreto del Gobierno ya son 17 medidas de recortes las que hemos sufrido tras el tristemente famoso primer Decreto del PP del año 2000. Y desde entonces, la constante ha sido, además de la improvisación, la completa descoordinación entre las políticas estatales y las autonómicas».

El futuro es preocupante. Los expertos que han hablado para A Tu Salud temen que los pacientes no puedan recibir sus tratamientos como hasta ahora venían haciendo.