Historia

Hamburgo

EColi bacteria letal

Escherichia Coli. Ése es el nombre que a día de hoy atemoriza a ciudadanos, agricultores y autoridades sanitarias de todo el continente. El brote de la bacteria –presuntamente en Hamburgo– y su correspondiente cepa han causado ya 10 muertos y más de mil afectados en Alemania. Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Holanda y Francia presentan casos aislados.

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Austria inició ayer una operación para retirar de la venta al público pepinos, tomates y berenjenas procedentes de 33 tiendas que adquirieron productos a dos mayoristas alemanes, que compraron a su vez las hortalizas a España. Mientras, la Comisión Europea, que transmitió el pasado jueves la alerta a toda la UE, espera recibir entre mañana y pasado los resultados de los análisis realizados en dos explotaciones de Almería y Málaga, de las que, presuntamente, partieron los pepinos causantes del brote.

Entre dos cepas
El panorama es de intranquilidad. Sea la cepa O157:H7 o la O104:H4 –no existe a día de hoy unanimidad al respecto–, nos hallamos ante una bacteria con un mecanismo de activación doble: el de la bacteria en sí, y la toxina que genera en nuestro organismo al consumirla. ¿El resultado? Una agresiva variante de la bacteria E. Coli que provoca diarreas sangrantes.
«El daño que ha originado en Hamburgo es grave, pero la situación que nos ha creado también lo es», afirma a este diario Andrés Góngora, secretario general de COAG Almería y responsable de frutas y hortalizas de esta asociación de agricultores. «Ahora lo que nos preocupa es volver a recuperar la confianza. Se ha generado una alarma que está afectando también a los productores. ¿Que existe un riesgo a la hora de consumir hortalizas? En todo caso, el mensaje no se ha sabido transmitir», afirma.

Desde COAG creen que se está generando un miedo injustificado en la población, «cuando España está cumpliendo todas las garantías sanitarias». Por eso, Góngora considera que es una «irresponsabilidad» la recomendación lanzada ayer por la Organización de Consumidores y Usuarios (CECU) de Madrid. En declaraciones a Ep, el portavoz de CECU Madrid, Antonio López, afirmó que, «en caso de sospechar» de un pepino que pueda estar intoxicado, «lo mejor que puede hacerse es no consumirlo». ¿El motivo? Que «aún no se ha localizado ni identificado el lugar concreto de la intoxicación», cuyo origen «puede estar en nuestro país».

«No hay ningún dato que avale eso, pero existen infinidad de datos que defienden lo contrario», aseguran en COAG. No en vano, «no se ha encontrado la cepa en territorio español, mientras que en 2001se detectaron casos de enfermos en Alemania que se habían visto afectados por ella». Es más: recuerdan que, aparte de las tres muestras españolas que dieron positivo, se encuentra una más procedente de los Países Bajos. Con todo, será la Comisión Europea la que dictamine si el origen del brote se encuentra en nuestro país o en Alemania. De momento, en COAG les consta que los estudios privados realizados por Frunet, una de las empresas exportadoras de los pepinos contaminados, no han arrojado ninguna irregularidad. Además, la Junta de Andalucía se pronunciará previsiblemente mañana sobre la crisis.

Cancelaciones en Alemania
Dictaminar el origen de la bacteria va a ser más sencillo que recuperar la confianza en el mercado. «Alemania ha cancelado todos los pedidos», dice Góngora. Aunque lo cierto es que «nadie quiere tampoco pepinos holandeses o franceses». Pero no será hasta mañana y el martes cuando los agricultores valoren el impacto, pues es el momento en el que se notifiquen los pedidos. «Si el descenso de ventas es de un 10 por ciento, no causará excesivos problemas. Pero si nos encontramos con un 80 por ciento, ya nos podemos preparar para ir arrancando el cultivo», aseguran desde COAG.

España exige respuestas
El Gobierno no descarta exigir responsabilidades por el daño causado al sector agrario y alimentario por las autoridades alemanas, que especulan sobre el origen español de los pepinos contaminados relacionados con una grave intoxicación alimentaria en ese país. El secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, ha explicado que aún se desconoce el origen de la cepa y ha recordado que hasta el momento la bacteria «Nunca ha estado presente en España».

«Me he contagiado en Alemania, pero no he comido pepino»
A buen seguro que a la vallisoletana Elena Espeso nunca le supo tan amargo un cuarto puesto en una carrera. El pasado domingo 22 de mayo competía en la maratón de Hamburgo, cuando la atleta comenzó a sentirse molesta. «Me empecé a encontrar mal hacia el kilómetro 23 y ya muy mal en el 37, me pesaban mucho las piernas, pero quise acabar la carrera y llegué en cuarta posición; entré en meta con las piernas ensangrentadas porque esta bacteria provoca una diarrea con sangre», relataba ayer Elena desde el hospital de la ciudad alemana donde permanece ingresada desde entonces: «Me fui para tres días y ya llevo diez, estoy deseando volver para ver a mis dos hijos. Yo me encuentro bien, aquí estoy con mi marido y él no ha sido afectado, aunque en el hospital hay más gente con esta bacteria que está mucho peor que yo, sobre todo de los riñones», comenta algo más tranquila después de una semana con malestar permanente.

Mediante una analítica le diagnosticaron que padece la temida bacteria y confía en que los próximos análisis de sangre a los que le sometan los médicos revelen que la bacteria ya no está en su organismo y pueda, de esta manera, regresar a nuestro país. ¿Una española contaminada con pepinos españoles? Ella lo desmiente de inmediato y reconoce que ella no ha comido la verdura aunque «sí» había ingerido tomates crudos, lo que vendría a mantener la tesis de que los pepinos no venían adulterados de origen, sino que el problema surgió en una fase de manipulación del producto.