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La pista colombiana por Francisco Pérez Abellán

Rulber Delgado fue asesinado el pasado miércoles en Coslada, Madrid
Rulber Delgado fue asesinado el pasado miércoles en Coslada, Madridlarazon

En estos días, un estremecimiento recorre a la población colombiana en Madrid. En espacio de pocos días, dos hombres jóvenes han muerto de forma espectacular en dos localidades madrileñas. El viernes 4 de diciembre, agentes de la comisaría de Carabanchel hallaron a un tipo descuartizado en el interior de un vehículo. Una vez identificado, resultó ser Milton James, de 41 años y de nacionalidad colombiana. Ya era un desaparecido, porque su mujer había denunciado su falta el día 26 de noviembre en Coslada. Con la muerte de Milton, sumaban 43 las muertes violentas que se acumulan en la comunidad madrileña este año.

En la denuncia de la desaparición de Milton se decía que faltaba hacía cuarenta y ocho horas de su domicilio y que también se había perdido la pista de su vehículo, un Wolkswagen Passat.

Fue este coche el que encontró la Policía Municipal en la Vía Lusitana y lo llevó al depósito municipal sin que lo hubiera reclamado nadie. Era tanta la sorpresa y lo insólito del caso, que en la comunicación policial del hallazgo se hace difícil averiguar que el cuerpo estaba allí en el depósito, dentro del coche, hecho trizas. Milton llevaba muerto varios días, probablemente desde el momento mismo de su desaparición.

El cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde se le hizo la autopsia, pero no se ha informado de la causa de la muerte. Milton tenía un historial policial con presuntos delitos como lesiones y robos. Todo el mundo sabe que los grupos criminales de las mafias colombianas son especialmente sangrientos y brutales. A ellos se les atribuye «la corbata colombiana», que consiste en rajar la garganta y sacar la lengua por la laringe como una advertencia a quienes desobedezcan su mandato.

El miércoles 7 de diciembre, precisamente en Coslada, donde desapareció Milton, fue asesinado a tiros a plena luz del día Rulber Delgado Riano, de 38 años y también de procedencia colombiana. Acababa de bajarse de su vehículo, un Seat Toledo de color gris. Su agresor le esperaba y, sin intercambiar palabra, le disparó tres veces. El tercer disparo, en la calle de Poniente, le atravesó la cabeza y lo derribó a tierra, donde murió en un charco de sangre. Rulber residía en Parla, pero era en Coslada donde tenía a su novia, que presenció el crimen.

Tanto la procedencia como la coincidencia de las dos víctimas en Coslada sugiere algún tipo de relación. Los brutales ataques que han recibido revelan que alguien poderoso y organizado les ha declarado gente no grata.

A Rulber parece que le esperaba alguien que se asemeja mucho a un sicario. Éste tenía una descripción de la víctima o la conocía. El primer disparo le permitió a la víctima escaparse. A unos veinte metros, le disparó de nuevo y volvió a fallar. A la tercera fue la vencida. Le mató. La compañera de la víctima esperó la llegada de la Policía. Los de la científica recuperaron el libro que fue usado como cartuchera y una gorra que perdió el pistolero.

La Policía cree que estamos ante el estallido de rencillas entre grupos rivales, pero las dos víctimas estaban aparentemente desarmadas, vulnerables en manos de criminales sin escrúpulos, que dan la impresión de haber declarado una guerra. Los agresores están fuertemente armados.