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Augusta espera a Tiger Woods
Barcelona- Sólo Sam Snead (82) y Jack Nicklaus (73) acumulan más títulos del PGA Tour –el circuito norteamericano de golf– que Tiger Woods (72). Hasta el pasado domingo, muchos dudaban de que el «Tigre» lograra alcanzarlos. Después de lo que pasó en Bay Hill, la pregunta ahora es cuándo lo conseguirá. Para atrapar al «Oso Dorado», la respuesta puede llegar dentro de dos semanas, en el Masters de Augusta, la próxima cita de Woods, que tiene cuatro chaquetas verdes por seis de Nicklaus, y el primer «grande» de la temporada.
Desde que ganara el BMW Championship el 13 de septiembre de 2009, han pasado muchas cosas en la vida de Tiger Woods, y casi todas malas. Se ha divorciado y ha sufrido diversas lesiones en el tobillo, la rodilla y el tendón de Aquiles que le han impedido rendir a su nivel habitual. 924 días después de aquella victoria, Tiger volvía a sonreír el domingo en el «green» del 18 de Bay Hill tras sumar su séptimo título en el Arnold Palmer Invitational, el que hace 72 en su cuenta –los títulos que ganó en Australia en 2009 y el Chevron de 2011 no contabilizan para el PGA Tour–. «Soy muy feliz, es el fruto de un trabajo muy duro. Agradezco a todos los que han estado a mi lado, ya saben quiénes son», decía segundos después de embocar el último «putt» del torneo. Con el triunfo, Woods asciende hasta el sexto puesto en el ranking mundial. El primero sigue siendo el norirlandés Rory McIlroy, que también era el máximo favorito en las casas de apuestas de Las Vegas para alzarse con el Masters hasta la victoria de Tiger en Bay Hill. Ahora, es el segundo máximo favorito en las cuentas de los expertos.
Woods aventajó en cinco golpes al segundo clasificado del Arnold Palmer Invitational, Graeme McDowell, demostrando no sólo que su regreso a la élite es un hecho, sino que está en el camino de alcanzar su mejor golf. Desde el verano de 2010, el «Tigre» trabaja con un nuevo entrenador, Sean Foley, que está implantando muchos cambios en su «swing». Unos cambios que están dando su fruto ahora, tras muchos meses de trabajo. La gran cantidad de lesiones que ha sufrido habían impedido a Tiger dedicarle las suficientes horas a estos cambios. En cuanto la salud le ha respetado, los resultados no se han hecho esperar.
Tiger juega ahora exageradamente al «fade» –mueve la bola de izquierda a derecha– y ha adquirido mucho más control en sus golpes, lo que se refleja en sus estadísticas. Con el «drive», por ejemplo, es el mejor de todo el circuito. Y en «greens» en regulación vuelve a ser uno de los mejores. Pero para llegar a su mejor nivel, a Woods aún le queda bastante trabajo con el juego corto. Él mismo ha reconocido que no le ha podido dedicar el tiempo necesario. Con el «putt» aún no es el mismo que antes y su juego alrededor del «green» dista mucho de estar entre los mejores. En Augusta es imprescindible estar fino en este aspecto.
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