España
Fumador forofo y resignado
Algunos locales de Madrid ya han sido inspeccionados por el Ayuntamiento con motivo de la nueva ley.
MADRID- Aún no había comenzado el partido y ya había gente fumando en la entrada del bar. «El Ratón Vaquero», como otros tantos bares y locales de Madrid y el resto de España, ya empiezan a aglutinar a una melé de personas en sus puertas y cercanías mientras las nubes de humo se empiezan a convertir en habituales de las entradas a lugares públicos. Parece que antes del comienzo del partido es un momento ideal para fumarse ese cigarrillo que luego no se podrá encender dentro del local con la consumición. Por lo visto, el forofismo o la pasión futbolera, en la mayoría de los casos, superan a la necesidad de encenderse un cigarro.
Dos amigos se encuentran viendo el partido en el bar. Uno fuma, el otro no. Uno está de acuerdo con la nueva ley, el otro no, pero se resigna y lo asume. Ambos están de acuerdo en que el ambiente es notablemente más limpio y uno de ellos, que va a ser padre en breve, mientras señala a un padre y su hijo situados en frente de ellos, menciona que una de las ventajas de la nueva ley es que «ahora, un padre puede ver tranquila y sanamente el fútbol con su hijo en un bar».
Al lado, un grupo de amigos también está viendo el partido. Están disfrutando de un «aperitivo largo», por lo que la emisión del partido es algo circunstancial, pero «si marca el Madrid, mejor». Esto hace que si hay que salir a fumar, se sale. La suerte de este bar, y no la de muchos otros, es que a través de los ventanales se puede seguir disfrutando el partido, pero algo más «fresco» según la época en la que estamos.
Un ex fumador que disfrutaba ayer en la barra del partido con consumición en mano opinaba que la nueva ley antitabaco es «excesiva» pero que entiende sus pros y sus contras.
El encargado del local, el cual ha sido ya visitado esta semana para una inspección, aseguró que la poca asistencia de clientes que se dio en el partido del Real Madrid-Villareal de anoche, se debió más por las fechas post navideñas que por la relativa importancia del partido o la aplicación de la nueva ley antitabaco, aunque señaló que «con el paso de las semanas habrá que ir observando si la ley perjudica o no la afluencia de clientes a los locales.»
La mentalidad general de los fumadores es de resignación y sumisión. «No queda otra, todo es acostumbrarse», comentaban algunos fumadores en la puerta del bar, a la vez que se mostraban en contra de la nueva ley antitabaco.
Con la sombra de las multas por el ruido
Desde que entró en vigor la Ley Antitabaco decenas de inspectores recorren bares y restaurantes para comprobar, o multar, el cumplimiento de la norma. Sin embargo, son los dueños, camareros y encargados de estos establecimientos los que se han convertido en auténticos vigilantes del «espacio sin humos». Son muchos los que afirman que le han tenido que recordar a más de uno que ya no se puede fumar. «Algunas veces es porque el cliente se despista, otras porque intentan saltarse la ley a propósito», aseguran. Pero a los problemas que les está causando la nueva norma se añaden otros «daños colaterales»: la gente sale fuera a fumarse un cigarro y se quedan un rato charlando. «Ahora los porteros tienen que andarse con mil ojos para que no saquen la copa fuera», explica el encargado de una discoteca madrileña. Además, afirman que algunos vecinos ya se han quejado por el ruído de las conversaciones de los fumadores, de madrugada, en la puerta de los bares. «Lo que no puedo hacer yo es mandar callar también a los clientes, porque entonces no van a volver», explica un camarero de la zona de bares de Alonso Martínez. «A mí no me pagan por hacer de niñera y la nueva ley parece que me obliga a ejercer de eso con los fumadores», se queja este mismo empleado. «No pueden prohibir a la gente estar en la calle. Eso sí que sería lo último», afirma.
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