Gerona

Puesta a punto a pie de pista

Aunque los esquís, las botas y los monos intenten acabar con el «glamour», se las apañan para estar radiantes en la nieve. Conoce los secretos de las «celebrities» para sobrevivir al frío

La actriz Belén Rueda esquió por Baqueira con un rostro envidiable
La actriz Belén Rueda esquió por Baqueira con un rostro envidiablelarazon

Las estaciones de esquí abren el cien por cien de sus pistas y las colas del telearrastre de Aspen, Gstaad o Baqueira se convierten en improvisados «photo-call» para quienes deseen dejarse ver sobre la nieve. Lógico. Prefieren posar confiadas –y sobre aviso– antes de ser soprendidas en pleno descenso, a 25 kilómetros por hora y en posturas menos elegantes.

Elle MacPherson, Kate Moss, Victoria Beckham, Siena Miller, Tamara Falcó, los Medina y sus conquistas, familias reales al completo… son habituales de las pistas por estas fechas, la prensa del corazón reserva páginas para mostrarlas «al natural». Las más veteranas saben que la luz no es la misma que la que las rodea en sus apariciones nocturnas y que la nieve se convierte en un espejo de lo más crítico cuando los rayos de sol inciden verticalmente sobre ella.

Sea en Colorado, Suiza o los Pirineos, las condiciones climáticas son las mismas. Las que obligarían a cualquiera a salir en la foto con el pelo encrespado, la nariz enrojecida y los labios agrietados. Ellas, sin embargo, parecen recién salidas del salón de belleza –golpe de peine incluido–, permanecen inmunes a las quemaduras propias del debutante y desafían a la cámara bajo una capa de maquillaje translúcido que no se acartona. Belén Rueda es nuestro ejemplo más cercano. Estos días se paseaba por Baqueira Beret en compañía de su pareja, el empresario francés Roger Vincent, y su aspecto no tenía nada que envidiar a cuando recoge un Goya. Piel uniforme, melena digna, labios jugosos… No es fácil ofrecer esta imagen.

Humedad, frío cortante, viento y sol directo son sólo algunos de los enemigos ocultos para piel y cabello. Como explica el doctor José Carlos Moreno, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, «la nieve es un elemento extremadamente dañino. Por un lado, está el frío, que deshidrata la piel hasta límites insospechados y provoca trastornos circulatorios; y, por otro, la radiación ultravioleta, que se multiplica por efecto de la refracción. Los protectores solares de índices más elevados –mínimo 30– son obligatorios y, además, hay que nutrir la piel a conciencia para evitar su deshidratación». Como siempre, las pieles sensibles o con cuperosis se llevan la peor parte. Según el dermatólogo, «los trastornos circulatorios que provocan la dilatación de las venitas empeoran con los cambios bruscos de temperatura y no está de más tomar una aspirina para evitar problemas y favorecer la vasodilatación». La piel no es la única que se resiente por las bajas temperaturas. Como señala el doctor Moreno, «el cabello se debilita y se rompe y hay que evitar que se congele recurriendo a gorros adecuados y a las mascarillas nutritivas; las uñas también acusan los trastornos circulatorios provocados por el frío y a medio plazo –diez o veinte días después– es normal que se estríen».


Fotoprotectores con color
Con este panorama estético, esquiar sin perder un ápice de «glamour» pasa por seguir una rutina cosmética que, en ocasiones, comienza semanas antes. Por eso, sabemos que Siena Miller y Victoria Beckham, entre otras, no se calzan las botas après-ski sin haberse extendido antes una generosa capa del Glam Balm, de Rodial. Además, no prescinden del maquillaje, sino que los sustituyen por fotoprotectores con color del tono exacto al de su piel. Las de cabello más rebelde combaten el encrespamiento con sueros –no sería de extrañar que el serum Anti-Frizz de John Frieda viajara en la maleta de Sarah Jessica Parker, seguidora incondicional de esta firma–. Además, cubren sus manos con cremas ricas y untuosas y sellan sus labios con bálsamos –el Lip Balm 1 de Kiehl´s es el favorito de Kate Moss–. Eso, durante los descensos.

Los días previos, la mayoría bloquean sus agendas para someter a su cabello a tratamientos nutritivos y fortalecedores basados en la queratina que, de paso impedirá que el cabello se encrespe bajo la niebla de las montañas, y regalan a su piel sesiones de mesoterapia y tratamientos de ácido hialurónico, un activo capaz de crear una hidratación de reserva resistente al frío.

Después, llega el momento de reparar los daños infringidos. Muchas de ellas se alojan en hoteles con exclusivos spas donde dejarse mimar entre descenso y descenso. Si esquiaran en nuestras pistas, se alojarían sin duda en Guitart la Collada Wellness & Spa, un exclusivo hotel situado en la Molina (Gerona), y pedirían de rodillas el tratamiento Mundos, un delicioso ritual de hora y media que mima cuerpo, rostro y alma a través de movimientos y esencias traídos de todos los confines del planeta (www.guitarthotels.com).Otra opción sería el hotel Rafael by La Pleta a pie de pista de Baqueira. Su Occitania Spa es uno de los mejores de Europa y en él se pueden disfrutar tratamientos diseñados para reparar la piel después del deporte (www.rafaelhoteles.com).