Coco Comín: «Fue difícil trabajar con Penélope Cruz»

–Coreógrafa y directora de «Grease». ¿Los chicos de hoy tienen algo que ver con los de los años 50?
–Son clavaditos, sobre todo en el despertar a la sexualidad. Y los repipis y los macarrillas siguen ahí, como las frescas y las recatadas.

–¿Ve a los chicos de «Grease» manifestándose por los recortes?
–Jamás. Sólo les preocupa su estética y sus ligues. Estudian poco.

–Ha caído en desuso la brillantina...
–Vuelve: desaparecieron los tupés, pero están de moda los «pelos pincho».

–¿Las «pink ladies» de ayer son las ejecutivas de hoy?
–Son las vendedoras de Avón de hoy. Estudiaron poco.

–¿Quedan chicas como Sandy, la niña buena que nunca ha roto un plato?
–No. Hoy, una chica que no se deje besar por su noviete es impensable. Antes eso era signo de rectitud; hoy, de mojigatería.

–¿Se imagina cómo sería «Grease» en estos tiempos de internet?
–Con menos reuniones en el campus. En las clases tengo que luchar para que los alumnos dejen de mirar el móvil y me miren a mí.

–Compagina la docencia con la dirección de musicales. ¿Habla a sus chicos como la profesora de «Fama»?
–No. Yo les digo que trabajarán hasta que sus músculos les pidan piedad.

–¿Y lo consigue?
–Sí. Sienten agujetas hasta en las pestañas.

–Fue jurado de O.T. ¿Aprendió algo?
–Que la televisión y yo éramos incompatibles. Era sanguinario cómo se humillaba a los chicos.

–No la veo muy partidaria de Risto Mejide...
–Pasó de un sabio cinismo a la agresividad sin límites.

–Fue coreógrafa de las burbujas de Freixenet. ¿Con qué estrella resultó más difícil trabajar?
–Con Penélope Cruz; le costaba aceptar la coreografía que se le ofrecía, quería hacer algo a su aire. Y con Pilar López de Ayala: muy cerrada.

–¿Qué quiere decir?
–A más inseguridad, más altivo se muestra el artista. Según su contrato, no se le podía mirar a la cara cuando te cruzabas con ella por los pasillos.

–Quizá sólo quería que se fijasen en su culo...