Nueva York

Nadal a por el final perfecto

El Torneo de Maestros nunca ha sido el preferido de Nadal. La pista no es la ideal, aunque el número uno del mundo ya es un experto en todas las superficies, y se juega al final del curso, cuando está muy cansado

Nadal, a por el último gran título que falta en su palmarés
Nadal, a por el último gran título que falta en su palmaréslarazon

En los cinco años que lleva instalado entre los mejores, el manacorense ha llegado dos veces a semifinales (eliminado en ambas por Federer), otras dos no ha podido participar por problemas físicos y en la edición de 2009 no logró ganar ni un set en los tres partidos de primera ronda. Todavía arrastraba las secuelas de su lesión en las rodillas, que le hizo caerse de Wimbledon, perder el número uno y la confianza.

Pero todo aquel infierno también tuvo un lado bueno: le cambió la mentalidad y se dio cuenta de que tiene que seleccionar los torneos y parar a tiempo, de que su cuerpo, aunque es sobrehumano, tiene un límite. Por eso 2010 es distinto. Por eso en 2010 ha recuperado las rodillas, gracias al tratamiento con plasma enriquecido con factores de crecimiento del doctor Mikel Sánchez. Y con sus articulaciones sanas, la corona ha vuelto a su cabeza y ha entrado en la leyenda al conquistar tres «Grand Slams» (Roland Garros, Wimbledon y Abierto de EE UU) y convertirse en el séptimo jugador en la historia, y el más joven, en haber sumado los cuatro «grandes».

Ganar las Finales ATP sería el punto final perfecto y esta vez hay aspectos a favor. No hay urgencias, vencer sería un extra. «El año pasado fue mal e intentaremos que este año vaya mejor», dice el español, tranquilo, sin presión. La moral está a su máximo nivel y las fuerzas, mejor que nunca: Rafa lleva disputados esta temporada 76 partidos, uno menos que el año pasado, en el que estuvo dos meses «ko». Nada que ver con la burrada de 2008: 93 duelos; o los 81 de 2007. Además, lleva sin competir desde el 14 de octubre, desde el Masters 1.000 de Shanghái. Ha sido un periodo casi vacacional, porque apenas unos días después del final del Torneo de Maestros comenzará a preparar 2011 y el asalto al Abierto de Australia. La pista no le gusta, es «indoor», y el bote es bajo, por lo que no será fácil que coja sus endiablados efectos, aunque también se quejó de las bolas de Nueva York y sólo cedió un set en todo el torneo... El grupo tampoco asusta, teniendo en cuenta que en el O2 Arena de Londres están los ocho mejores del mundo: mañana debuta ante Roddick y después vendrán Berdych y Djokovic. En definitiva, Nadal vuelve a ser el tenista temible que siempre fue. «Recuperar el número uno será difícil, Rafa está muy fuerte. Va a ser un reto», asume Federer. Pues eso.
t en los tres partidos de primera ronda. Todavía arrastraba las secuelas de su lesión en las rodillas, que le hizo caerse de Wimbledon, perder el número uno y la confianza.

También le hizo cambiar, darse cuenta de que tiene que seleccionar más los torneos, de que su cuerpo, aunque es sobrehumano, tiene un límite. Por eso 2010 es distinto. Por eso en 2010 ha recuperado la corona y ha entrado en la historia al conquistar tres «Grand Slams» (Roland Garros, Wimbledon y Abierto de EE UU) y convertirse en el séptimo jugador en la historia, y el más joven, en haber logrado los cuatro «grandes». Vuelve a ser el jugador temible que siempre fue.

Madrid- El Torneo de Maestros nunca ha sido el preferido de Nadal. La pista no es la ideal, aunque el número uno del mundo ya se un experto en todas las superficies, y se juega al final del curso, cuando está muy cansado. En los cinco años que lleva instalado entre los mejores, el manacorense ha llegado dos veces a semifinales (eliminado en ambas por Federer), otras dos no ha podido participar por lesiones y en la última edición no logró ganar ni un set en los tres partidos de primera ronda. Todavía arrastraba las secuelas de su lesión en las rodillas, que le hizo caerse de Wimbledon, perder el número uno y la confianza.

También le hizo cambiar, darse cuenta de que tiene que seleccionar más los torneos, de que su cuerpo, aunque es sobrehumano, tiene un límite. Por eso 2010 es distinto. Por eso en 2010 ha recuperado la corona y ha entrado en la historia al conquistar tres «Grand Slams» (Roland Garros, Wimbledon y Abierto de EE UU) y convertirse en el séptimo jugador en la historia, y el más joven, en haber logrado los cuatro «grandes». Vuelve a ser el jugador temible que siempre fue. Madrid- El Torneo de Maestros nunca ha sido el preferido de Nadal. La pista no es la ideal, aunque el número uno del mundo ya se un experto en todas las superficies, y se juega al final del curso, cuando está muy cansado. En los cinco años que lleva instalado entre los mejores, el manacorense ha llegado dos veces a semifinales (elimi