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Riccardo Muti: «Recortar en cultura es golpear la identidad de un país»

 "Recortar en cultura es golpear la identidad de un país. Europa está perdiendo su identidad", ha afirmado hoy Riccardo Muti, director de orquesta italiano y una de las figuras internacionales más relevantes de la cultura que, sin embargo, se considera un "outsider del mundo de la música".

Muti dirigirá en el Teatro Real, del 25 de marzo al 1 de abril, cinco funciones de la ópera "I due Figaro", de Saverio Mercadante, en una coproducción del coliseo madrileño, el Festival de Salzburgo y el de Rávena, con dirección artística de Emilio Sagi.

En una concurrida conferencia de prensa, el director napolitano, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2011, ha hablado largo y tendido, y con meridiana claridad, del momento que vive la cultura, desde un profundo sentido "político y social".

"Los Gobiernos -y hablo en general, no de España, porque aquí estoy de huésped-, cuando necesitan cuadrar las cuentas, cortan de la cultura. Es un error gravísimo. Recortar en cultura es golpear la identidad de un país, y para ser prácticos, invertir en cultura trae retornos económicos importantes", ha subrayado.

Muti ha iniciado su intervención hablando de Saverio Mercadante (1795-1870), que escribió "I due Figaro"-una obra "cínica, casi nihilista"- mientras fue director del Teatro Príncipe de Madrid, en cuya Biblioteca Histórica Municipal se ha conservado el manuscrito ahora recuperado para su representación.

Así, Mercadante es un ejemplo de síntesis y de influencia entre España e Italia, dos países europeos conocidos en todo el mundo por su riqueza cultural, sus museos, su literatura, su música y sus teatros.

El director de orquesta ha reconocido que Europa vive una crisis financiera, que deriva en una crisis económica y en una crisis de la cultura, a pesar de su gran tradición.

"Los griegos y los romanos, cuando llegaban a un lugar, lo primero que construían era un teatro. Muchas ciudades en Italia tienen teatros del siglo XVII y XVIII, muchos de los cuales están cerrados. ¿Estamos progresando?", se ha preguntado este intelectual.

Muti, que ha dirigido las principales orquestas del mundo, fundó en 2004 la Orquesta Giovanile Luigi Cherubini, una formación que va a dirigir estos días en el Real y que está integrada por jóvenes seleccionados por un comité internacional.

A estos nuevos músicos ha puesto como ejemplo de la situación actual: "es una orquesta de formación; los jóvenes tienen un potencial enorme y les exigimos para llegar a la perfección, pero veo en sus ojos la duda. Tienen un futuro gris".

Galardonado con los más altos reconocimientos, como la condecoración de Oficial de la Legión de Honor en Francia o el premio Birgit Nilsson en Estocolmo, Muti dice que sigue teniendo la sensación de que no es suficientemente bueno, "aunque haya gente que diga que soy arrogante", ha bromeado.

Atribuye esa sensación a la severidad y exigencia de sus padres, y de hecho, ha reconocido que es músico porque su padre -médico con una gran voz de tenor- obligó a los cinco hermanos varones de la familia a estudiar en el conservatorio para mejorar su cultura.

"Mi vida era la de un estudiante normal que por las tardes iba al conservatorio. Fue Nino Rota el que me oyó tocando el piano y me dijo: tienes que ser músico".

A su juicio, "fue el destino el que decidió". "Mi carrera se ha hecho porque las orquestas me han escogido. Siempre he tenido la sensación de que no estoy hecho para el mundo que rodea la música", ha añadido.

Muti, quien ha recordado que debutó en el Teatro Real cuando era sala de conciertos, al inicio de la década de los setenta, comienza con esta ópera una colaboración con el coliseo madrileño, al que regresará la próxima temporada para dirigir otro melodrama bufo de Mercadante, "La rappresaglia".

"Todos los países que tienen olivos son hermanos", ha concluido.