Convenios colectivos

El Gobierno contentará a los sindicatos con su reforma de los convenios

El Gobierno prefiere curarse en salud y tiene lista, desde hace días, la reforma de la negociación colectiva, por si, al final, no hay fumata blanca en las negociaciones que mantienen sindicatos y patronal.

Los agentes sociales, en una reunión de hace dos semanas
Los agentes sociales, en una reunión de hace dos semanaslarazon

El texto del Ejecutivo está próximo al espíritu y la letra del borrador que cerraron los interlocutores sociales antes de las municipales del 22-M y cuya firma se pospuso hasta después de la cita electoral para evitar una lectura política del consenso. Tras el varapalo recibido por el PSOE en las urnas, varios amagos de ruptura y unas negociaciones al borde del abismo, que ayer prosiguieron pese a mantener las discrepancias intactas, el Gobierno ha optado por una redacción más próxima a las propuestas de las centrales. A día de hoy y ante la ausencia de acuerdo, sopesa incorporar alguna referencia, «aunque genérica», a cómo se referenciarán anualmente las subidas de las retribuciones de los trabajadores. El Ejecutivo apuesta por ligar el alza de los salarios a la evolución de la empresa en cada momento más que al comportamiento de la inflación.

Amén de esta cuestión, la reforma, con o sin consenso, supondrá una auténtica revolución en algunas cuestiones, como en el proceso de renovación de convenios. A partir de su entrada en vigor, los plazos de negociación de los nuevos convenios estarán tasados, al contrario que ahora. Es decir, se fijarán períodos máximos de discusión entre empresa y trabajadores para firmar los nuevos convenios. Estos plazos se marcarán en el propio convenio y, precisamente, esta cuestión constituye uno de los principales escollos para cerrar un pacto. La patronal desea establecer, con carácter general, un límite a la renovación de los convenios de seis meses. Transcurrido un tiempo prudencial, un mediador o un árbitro resolverá el conflicto y las partes estarán obligadas a acatarlo.

El Gobierno, que cuenta con el PNV para sacar adelante esta reforma en el Congreso de los Diputados, apuesta por que los convenios estén en permanente evolución. De esta manera, deja la puerta abierta para que las empresas agilicen los cambios relativos a jornada, salarios, actividad... Además, el Ejecutivo permitirá que las compañías que se rijan por convenios sectoriales podrán, incluso en plena vigencia de ese marco superior, abrir uno de empresa. El texto gubernamental pone coto también al absentismo laboral y otorga un mayor protagonismo a las mutuas de accidentes laborales, que se implicarán todavía más en las bajas de enfermedades comunes y colaborarán en la curación de los trabajadores, al ofrecer sus tratamientos.

Las posiciones que les separan
Los documentos intercambiados por los agentes sociales hasta ahora dejan pocas dudas sobre la distancia de las posiciones. Sindicatos y empresarios discrepan en la exención de los directivos de la negociación colectiva y de los autónomos con empleados, al menos en los dos primeros años de inicio de la actividad. Mientras los sindicatos consideran que todo cambio que se introduzca en las condiciones de trabajo debe ser negociado, los empresarios insisten en que cuando tengan necesidades al respecto puedan adoptar las decisiones sin consensuarse. La CEOE quiere limitar la ultraactividad a seis meses