El personaje de la semana: Eduardo Bautista

Era más solvente como solista de «Los canarios», pero cuando devino en Eduardo y presidente de la Sociedad General de Autores de España resultó más falso que el palacio de Longoria que la alberga, que no es de Gaudí sino de un discípulo menor. De cien mil socios, sólo votan poco más de un millar, una mayoría cobra céntimos de euro por cientos de partituras registradas y una cohorte de la ceja subnormal, el progresismo de cacharrería y el socialismo zarrapastroso de Zapatero venden berberechos culturales al por mayor y con gran provecho personal. La imagen de Teddy y sus jenízaros estaba calcinada a base de cobrar por el himno nacional o «Paquito el chocolatero» en una boda pobre de pueblo.

Don Eduardo ha sido prepotente, despótico y marrullero con la imprescindible ayuda de González-Sinde, ministra de Cultura obligada a tutelar este ente y repasar sus cuentas. No ha entendido el futuro de internet pero sí el suyo propio auto otorgándose una jubilación de pachá. Cuando éramos mozos nos rugía aquello de «… put on knee!». ¡Ponte de rodillas! Pues eso.