Suiza
Una dama en la corte de Kim Jong Un
El líder de Corea del Norte ha aparecido, por primera vez, junto a una mujer de la que no se sabe nada. Se sospecha que es una cantante y antiguo amor
El de «analista de Corea del Norte» es uno de los trabajos más creativos que existen. Si enterarse de lo que ocurre en las calles del país más hermético del mundo es complicado, saber a ciencia cierta lo que se cocina entre sus élites es casi imposible. Toda la información que se consume en el extranjero se cocina a base de pequeños detalles observados durante viajes organizados, anécdotas de empresarios y diplomáticos, o rumores amplificados por los servicios secretos surcoreanos o estadounidenses que, por supuesto, tienen su propia agenda. Una de las rutinas favoritas de quienes practican dicho oficio consiste en interpretar la propaganda oficial. Detectar gestos nuevos durante la inauguración de una escuela o una fábrica de tornillos, fijarse en las insignias de los militares, en los botones de la chaqueta de los líderes del Partido o en la distribución de los asientos, pueden convertirse en pretextos suficientes para establecer teorías sobre los inminentes cambios de un régimen que, sin embargo, se obstina por permanecer básicamente inmutable a lo largo del tiempo.
Hecha queda la advertencia. En las últimas semanas, los medios oficiales han ofrecido nuevos y sorprendentes ingredientes con los que excitar las interpretaciones. El primero de ellos, es cierto, supone un cambio importante en la imagen del «país ermitaño». Kim Jong Un, quien heredó la dictadura a finales del año pasado tras la muerte de su padre, se ha dejado ver en público con una atractiva mujer de la que la propaganda, para variar, no ha revelado el nombre. Vestida con menos recato de lo habitual, la joven aporta un toque fresco y humano a los actos oficiales. A partir de aquí, las hipótesis que suscita su presencia entran en el terreno de la prensa rosa. Algunos analistas aventuran que se trata de una hermana de Kim Jong Un o una de las últimas amantes de su padre. Otros sostienen que podría ser su propia novia, o incluso su esposa.
En una de sus últimas aportaciones, la Prensa surcoreana, citando una vez más fuentes de inteligencia anónimas, la identificó como Hyon Song-wol, ex cantante de la Bochonbo Electronic Band, un grupo que cultiva un género único que podríamos calificar como «pop juché» (en referencia a la ideología oficial del régimen). Al parecer, Bochonbo tuvo un relativo éxito hace algunos años, con canciones de títulos tan sugerentes como «Amo Pyongyang», «Huellas de soldados», «Nosotros somos las tropas del Partido» o «La excelente dama caballuna». El vídeo de este último «hit» está colgado en Youku, la versión china de YouTube.
Narra la historia de una muchacha que trabaja como una mula (o un caballo) en una luminosa fábrica y sin perder nunca la sonrisa. Mientras canta, Hyon Song-wol salta entre las máquinas y transporta carretes de hilo con la alegría radiante de un anuncio de tampones. Al final, es premiada por haber incrementado la productividad de la planta y lo celebra correteando por el polígono industrial con sus compañeras de alegrías proletarias, mientras agita algo que parece un trapo.
Separados por su padre
Las mismas fuentes de inteligencia aseguran que la cantante tuvo un romance hace años con Kim Jong Un, hasta que su padre decidió separarlos para preparar el proceso de sucesión. Y parece que, tras la muerte de Kim Jong Il, y aunque la cantante fue presuntamente apartada y casada con un militar, habrían retomado la relación, haciéndola incluso pública. ¿Un gesto de ruptura con el pasado del régimen? ¿Desobediencia freudiana a las imposiciones paternas? ¿Caprichos de un dictador veinteañero? Las interpretaciones, meras especulaciones sobre un rumor previo, han inundado foros y medios de comunicación surcoreanos. Y no sólo. Publicaciones tan solventes como el CSMonitor o la edición digital de la BBC se preguntaban con seriedad si esto no significaría «un importante cambio en la manera de gobernar Corea del Norte».
El otro cambio epidérmico apreciado recientemente en los aparatos de propaganda de la mayor cárcel al aire libre del planeta es la aparición de canciones y personajes de la factoría Disney, como el ratón Mickey, en representaciones dirigidas a un público infantil y retransmitidas por el único canal de televisión. El gesto sorprende, dado que el régimen ha hecho enormes sacrificios para mantenerse aislado de la cultura global, protegiéndose en su caparazón nacionalista y comunista y potenciando sus propias tradiciones, personajes infantiles y mitos.
Al hilo de la irrupción de Disney, inevitablemente, han ganado terreno la voces que aseguran que Kim Jong Un, sobre quien se dice que estudió en Suiza bajo un nombre falso, estaría dispuesto a abrir un poco la mano, permitiendo que sus súbditos disfruten de algunos pequeños placeres que él apreció en el mundo capitalista.
PELIGRO DE HAMBRUNA
Corea del Norte se enfrenta a la peor sequía de los últimos 125 años, una situación que agrava la escasez de alimentos y dispara las alarmas de hambruna, algo que preocupa a sus aliados chinos. En declaraciones a LA RAZÓN, Lu Chao, de la Academia de Ciencias Sociales de Liaoning, admitió que «la sequía y el hambre hacen urgente la reforma agrícola. Se mandan jóvenes del campo a los cuarteles y cada vez hay menos manos para producir alimentos. Se esperaba que Kim Jong Un prestase más atención a la agricultura, pero no ha hecho nada. Sólo ha consolidado su cargo». Y, quizá también, a retozar con su dama.
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