Dunga el «enemigo» de Brasil

«Dunga, burro». Así despedía una pancarta al seleccionador brasileño el día que viajaron a Suráfrica. A Dunga parecen quedarle pocos amigos. Los aficionados critican su estilo, la Prensa es muy dura con él y también lo son algunas leyendas del país, como Sócrates. «El equipo que ha llevado es un porquería, agrede a la cultura brasileña». Al entrenador «canarinho» sólo le quedan los 23 jugadores que ha convocado. Por eso, su primera medida ha sido aislarse. Los entrenamientos son secretos, no hay entrevistas privadas, la Prensa no existe. «Es como en mi época de jugador, siempre polémica y reproches», dice Dunga. El técnico ha echado un órdago al mundo y sólo tendrá un final feliz para él si conquista la sexta Copa del Mundo. Así es Brasil, el equipo que siempre está obligado a ganar. La presión va con la camiseta. La situación es similar a la de 1994, según recuerda Mauro Silva: «Llevábamos 24 años sin ser campeones y era insoportable. Cuando llegamos a Estados Unidos (donde se celebró el Mundial) no se permitió el paso a la Prensa». Dunga ha aprendido de su maestro Parreira. El ahora seleccionador era jugador en Estados Unidos. Ha copiado el desprecio por los medios y la idea de defender antes que atacar, que es en realidad el centro de todas las críticas. Brasil ha deslumbrado a lo largo de la historia por el «jogo bonito», pero la acumulación de fracasos del 70 al 94 llevó a Parreira a instaurar un sistema con tres pivotes de contención. «En mi país no estábamos acostumbrados», reconoce Mauro Silva. El triunfo del 94 fue muy celebrado, como el de 2002, pero la memoria de Brasil sigue yendo mucho más atrás, a la época de Pelé, o a la de Zico y Sócrates. «Hemos marcado ciento y pico goles en tres años», se defiende Dunga. La desconocida Corea del Norte pondrá a prueba hoy al seleccionador y sus 23 fieles.