Elecciones andaluzas
OPINIÓN: Sevilla en libertad sin violencia
Para que los ciudadanos podamos vivir en libertad tenemos que contribuir todos, sin excepción, a que haya una convivencia pacífica y sin violencia. Todos y cada uno de nosotros. En todo lugar. En todo momento. En nuestras casas, en los parques, en las calles, en los lugares de ocio... La libertad no cuenta con espacios reservados. Y en Sevilla, desgraciadamente, un miembro del Gobierno PSOE-IU ha participado en actos violentos que limitan la libertad en las calles de esta ciudad.
Porque si todos los sevillanos somos responsables de la convivencia pacífica en Sevilla, los miembros de un Gobierno aún lo son más. Y esta semana hemos comprobado que desgraciadamente tenemos un Gobierno con miembros que coartan a comerciantes, con altos cargos que le acompañan y con un alcalde que lo mantiene en su cargo después de lo acontecido.
Porque eso es lo que hizo el miércoles el delegado de Empleo del Ayuntamiento de Sevilla: participar en coartar a unos sevillanos que libremente decidieron ejercer su derecho al trabajo levantando a primeras horas las mismas persianas que se vieron obligados a echar después porque un grupo de vándalos rompieron los cristales de su escaparate acompañados por todo un delegado de Empleo y varios altos cargos a los que, por cierto, pagamos todos los sevillanos.
Estas cosas ocurren porque hay quien las hace, y sobre todo, porque hay quien las permite. Y pese a que hemos sido muchos representantes de partidos políticos y organizaciones empresariales los que hemos pedido su cese inmediato ante tan graves hechos, ese cese no se ha producido. Porque los que más ejemplo deberían dar, el resto de miembros del Gobierno municipal, han arropado, apoyado y mantenido a ese delegado de Empleo que el miércoles participaba en actos violentos y que hoy ejerce como Gobierno de la ciudad.
Como representante de miles de sevillanos y candidato a la Alcaldía de Sevilla, tengo muy claro que jamás he gobernado ni gobernaré con personas que participan en actos violentos y menos, contra los propios sevillanos. Porque siempre he defendido que la violencia es la peor de las pérdidas de libertades. Y si en un ciudadano es condenable, en un miembro del Gobierno es indiscutiblemente motivo de cese.
El alcalde ha preferido mantenerlo para que el pacto que le permite permanecer en el Gobierno municipal tras perder las elecciones quede intacto. Pero lo que debe quedar intacta es la dignidad de Sevilla. Y Sevilla ha demostrado que, pese a su Gobierno, repudia la violencia y quiere apartar a todo el que la ejerza o la comparta. Siga o no, en virtud de un férreo pacto, sentado dirigiendo los destinos de esta ciudad.
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