Desastre meteorológico

El gran Danubio disuelve el vertido de barro tóxico

El vertido de residuos de aluminio que ha destruido parte del oeste húngaro no causará una catástrofe en la cuenca del Danubio, donde las aguas contaminadas llegaron el jueves. El pH del agua en el río europeo se encontraba ayer por debajo del 9, cada vez más cerca de los límites tolerables de neutralidad (de un máximo de 8,5).

El gran Danubio disuelve el vertido de barro tóxico
El gran Danubio disuelve el vertido de barro tóxicolarazon

«Estas cantidades no representan un peligro para el medio ambiente», apuntó Tibor Dobson, responsable de las tareas de descontaminación.

Los análisis demuestran un descenso considerable de acidez en el agua durante las últimas 24 horas, por lo que todo apunta a que el gran río está diluyendo el vertido químico a marchas forzadas. En el Raba, su afluente, la acidez de las aguas ha descendido de forma notable, aunque se mantiene en el pH 9, perjudicial para el ecosistema y la salud humana.

Asimismo, las tres regiones húngaras mutiladas por el «lodo rojo» se afanan en limpiar sus calles, tarea que se ha acelerado ya que el buen clima de los últimos días podría facilitar la conversión del barro en polvo, lo que propagaría el residuo por el aire. «La lluvia sería una ayuda para nosotros», aseguró Gyorgyi Tuttos, portavoz del dispositivo de urgencia. Además, los operarios que limpian la zona han decidido transportar hasta la planta de aluminio de MAL Zrt todo el lodo que recojan.

También la cifra de víctimas aumentó después de que se hallaran ayer los cadáveres de dos de los tres desaparecidos. Además, un anciano de 81 años falleció en el hospital por complicaciones derivadas del contacto con el residuo químico, por lo que ya han muerto siete personas a cuenta del derrame y hay 150 heridos.

Los vecinos de Devecser y Kolontar, totalmente anegadas por barro corrosivo, se han unido ya para emprender acciones legales contra la empresa responsable de la planta de aluminio, MAL Zrt, que desde el principio declinó toda responsabilidad. En estas dos villas se destruyeron al menos 800 viviendas, muchas de las cuales no podrán reconstruirse. Sus abogados calculan que los daños materiales ascienden a 35 millones de euros.

El vertido de residuos de aluminio se situó ayer entre los 600.000 y 700.000 metros cúbicos, después de que las autoridades húngaras recalcularan la magnitud del mismo. Aunque en un principio se manejaron cifras más elevadas, el derrame de Ajka ya es comparable al vertido de BP en el Golfo de México el pasado abril.

La Unión Europea anunció que un equipo de especialistas viajará a Hungría estos días para colaborar y asesorar en las tareas de descontaminación de la zona y pidió ayuda comunitaria.