Londres
Un policía católico muere en el Ulster al estallar un coche bomba
Fue como volver al pasado. Primero el eco ensordecedor de una bomba. Segundo el lamento de una muerte. Un joven oficial de la Policía de Irlanda del Norte murió ayer asesinado después de que un artefacto explotara debajo de su vehículo frente a su domicilio en Omagh, en el Condado de Tyrone.
El suceso tuvo lugar poco antes de las 16:00 horas. Varios vecinos salieron a socorrerle y algunos trataron incluso de hacer frente a las llamas del coche con extintores caseros, pero nada se pudo hacer por su vida.
Al cierre de esta edición, la Policía de Irlanda del Norte se limitó a confirmar a este periódico la muerte de un varón de 25 años, pero no quiso dar detalle alguno de su profesión. Todos los medios británicos, sin embargo, señalaron que se trataba de un agente de Policía que se había incorporado hace relativamente poco tiempo al cuerpo y que era además de confesión católica.
Se trata del primer ataque terrorista con víctimas mortales desde 2009, cuando otro agente murió a tiros en Craigavon, condado de Armagh. El ataque fue reivindicado entonces por el IRA de Continuidad y tuvo lugar tan solo dos días después de que el IRA Auténtico acabara con la vida de dos soldados en el cuartel en Antrim.
La creación de la Policía de Irlanda del Norte en 2001, en sustitución del RUC, fue uno de los grandes logros del proceso de paz. Poco a poco, fue contando con la incorporación de jóvenes católicos –aún minoría en el cuerpo– pero desde el principio se convirtió en el objetivo de los grupos republicanos disidentes, contrarios a abandonar las armas para conseguir una Irlanda unida.
Desde 2007, los disidentes han colocado decenas de bombas trampa en los vehículos particulares de los agentes. La mayoría no ha explotado, aunque dos policías perdieron sus piernas en mayo de 2008 y enero de 2010.
El trágico suceso ha hecho recordar a los vecinos de Omagh los peores días de plomo. La ciudad fue uno de los puntos más castigados y es recordada en toda Europa por el atentado de 1998, en el que 29 personas, entre ellas una mujer embarazada de gemelos, murieron por una bomba del IRA. El mayor ataque terrorista en la historia del Ulster se cobró la vida de dos jóvenes españoles. Todos los grupos políticos condenaron ayer el asesinato. El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, aseguró que los responsables «no harán retroceder el proceso de paz ni el político».
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