Bruselas
ANÁLISIS: Cumpliremos con el déficit por Javier Niederleytner
- ¿Es factible cumplir el objetivo de déficit del 4,4% fijado por Bruselas para España en 2012?
- Es factible, pero muy complicado. Si se vieran signos de que la economía hubiera virado a un sesgo de crecimiento, cabría hablar de ese cumplimiento, pero, por desgracia, estos brotes verdes que todos estamos esperando aún no se están viendo. Además, veo que todas las reformas y medidas que deben ser tomadas van muy lentas. Por ejemplo, la tan demandada reforma laboral aún no está en vigor, y ya han pasado casi veinte días desde el «ultimátum» del Gobierno.
-A la vista de que el citado objetivo fue fijado con unas previsiones de crecimiento mejores de las que se van a dar, ¿sería conveniente revisarlo a la baja?
– En mi opinión, o se anuncian ya medidas, algunas drásticas y de fuertes recortes –como la eliminación del Senado, por ejemplo–, o efectivamente, habrá que revisar al alza ese objetivo.
- ¿Qué implicaciones podría tener una revisión de este tipo?
– Ninguna, siempre que no se tire la toalla y se demuestre que hay un firme compromiso por alcanzarlo. Los mercados deben ver que se hacen esfuerzos para reducir este déficit, pero también ser conscientes de que los milagros en economía apenas existen.
- De mantenerse el objetivo, ¿podría obligar a España a adoptar recortes todavía más duros que deteriorasen aún más la situación económica?
– Los recortes duros han de ser tomados sí o sí si se quiere alcanzar dicho objetivo de déficit; no va a ser fácil alcanzar esa cifra, y todo pasa por dichas medidas, que no van a ser del agrado para la economía española.
- ¿La obsesión por el déficit de la UE en general y de Alemania en particular empieza a ser un obstáculo más que serio para la recuperación?
– Corremos el serio riesgo de que si esta situación no se ataja, todas aquellas economías que no ajusten su déficit corran la misma suerte que Grecia. Y todos estamos viendo lo que está ocurriendo ahora mismo en Grecia, donde se habla de quitas de la deuda pública del entorno del 70%. Lo que yo pienso es que son compatibles la recuperación económica y la reducción del déficit. Sigo siendo un firme defensor de los eurobonos, porque no nos podemos olvidar que uno de los principales causantes de los elevados déficits públicos es que cada vez se destina más dinero al servicio de la deuda –los intereses que se pagan por estas emisiones–. Los eurobonos ayudarían sensiblemente a la reducción del déficit público y a dar una imagen de coherencia y fortaleza de la Unión Europea, que precisamente no pasa ahora por sus mejores momentos.
Javier Niederleytner
Profesor del IEB
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