Crisis política en Italia

El Senado italiano da el primer sí al polémico plan de ajuste económico

El Senado italiano aprobó hoy el polémico plan de ajuste económico propuesto por el Ejecutivo conservador de Silvio Berlusconi y que prevé un ahorro de 25.000 millones de euros para los próximos dos años.

El texto llegó hoy al pleno del Senado después de que el Gobierno planteara una cuestión de confianza para aprobar el texto en este hemiciclo donde el partido gubernamental del Pueblo de la Libertad (PDL) tiene mayoría absoluta.

El plan anticrisis fue aprobado con 170 votos a favor y 136 en contra, y ahora pasará a la Cámara de los Diputados, donde está previsto que sea votado el próximo 26 de julio.

El Ejecutivo anunció la pasada semana su intención de plantear una cuestión de confianza para la aprobación del texto también en la Cámara de los Diputados, donde cuenta asimismo con mayoría absoluta.

El uso de las llamadas cuestiones de confianza es una estrategia muy utilizada por los ejecutivos italianos para acelerar la aprobación de las leyes, ya que permite saltarse el debate de enmiendas y el parlamentario.

El objetivo de este plan de austeridad promovido por el Ejecutivo es llevar el déficit público, que se prevé que en 2010 se sitúe en un 5 por ciento del PIB, hasta un nivel inferior al 3 por ciento en 2012, siguiendo los parámetros requeridos por la Unión Europea.

La propuesta ha causado fuertes críticas tanto en el ámbito político como social, y los sindicatos y líderes de la oposición han tachado el plan de "injusto"porque, según consideran, incorpora medidas poco equitativas y "carga sobre los más débiles"el peso de su actuación.

Desde el Gobierno se defiende que se trata de un plan "necesario"y el ministro de Economía, Giulio Temonti, principal artífice del programa, lo califica de signo de "responsabilidad".

Sin embargo, las justificaciones del Gobierno no fueron suficientes para aplacar las dudas y en las últimas semanas Italia ha vivido acciones de protesta como la jornada de huelga convocada por el sindicato mayoritario CGIL el pasado 25 de junio, en la que cientos de miles de personas salieron a la calle para protestar contra este plan de austeridad.

A raíz del plan anticrisis el Ejecutivo también ha vivido un fuerte enfrentamiento con las regiones, incluso con las gobernadas por el centroderecha, reacias a aplicar los recortes y que ascienden a cerca de 8.500 millones de euros.

Ha sido, además, fuente de tensiones en el seno de la mayoría conservadora, que llevaron incluso a que Tremonti amenazara, según los medios, con dimitir ante los reproches de Berlusconi, quien considera que el proceso se ha llevado a cabo de forma demasiado "brusca".