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Jessica Bueno la gran defensora de Kiko por Jesús MARIÑAS
Era el principal atractivo, la cara respingona con morbo y desmedido interés de Jessica Bueno.
Es la chica del momento, comparte la expectación con su ya casi suegra Isabel Pantoja. La sevillana, contratada para el desfile barcelonés celebrado ayer de La Sposa, una de las firmas de Pronovias, evitó contestar a las preguntas sobre su relación con Paquirrín –al que ella siempre se refiere como Francisco, pidiendo respeto–. Los comentarios sobre el tema alteraron su apacible apariencia. Oír lo de Paquirrín la molestó más que el acoso sobre la demoledora serie televisiva acerca de la Pantoja, Encarna Sánchez y María del Monte. «Y menos mal que se olvidaron de mí», me dice aliviada Chelo García Cortés, que ya tiene un sitio preferente en el juzgado malagueño en el que la tonadillera se sentará a partir del 25 de junio. Dará que hablar. «Quiero estar a su lado y darle ánimos, nadie sabe cómo se ha portado tras el accidente de Marta –esposa de la periodista–, llamándola mañana y tarde al igual que doña Ana», me contó Chelo, mientras cenábamos en el actualísimo Boca Grande barcelonés, situado entre el Paseo de Gracia y la Rambla de Cataluña. En frente se encuentran los apartamentos que acogieron más de una noche de amor y pasión de Eugenia Martínez de Irujo y el hijo mayor de Mercedes Albert, que pudo llegar a ser la cuarta condesa de Godó y prefirió su vocación materna.
Es un local con aire «british» como el del Balthasar neoyorquino, que estos días es noticia porque les incautaron su decoración animal: un oso polar, cabezas de ciervos disecados y hasta 17 animales más. Así me lo contó Juan Badía, encargado de atender mesas tan importantes como la de Josep Carreras.
Pero vayamos con las novias de Alberto Palatchi, entre las que sobresalió Malena Costa tras su ruptura con Puyol. Allí estaba Silvia López de espectadora por su amistad con Helen Lindes, la más veterana. Tiene 30 años frente a los 22 de Silvia, que ahora reside en Los Ángeles con Pau Gasol. Chocó verla en la fila VIP porque acaba de realizar un reportaje con Rosa Clará para la colección que presenta el próximo 8 de mayo. «Cuando llegue tu momento del ‘‘sí, quiero'', ¿escogerás un traje de Clará o un modelo de Pronovias?», le pregunté, aunque no mostró ganas de hablar. Se evadió con «estoy aquí porque me lo pidió Helen». Insistí: «¿Te gusta más Pronovias o los vestidos de Clará?». «Responderé cuando llegue el momento, y no lo veo próximo», eludió inteligentemente, al igual que Jessica obvió el tema sobre Isabel Pantoja. Helen estaba de celebración. «Un día igual que hoy, hace diez años, me eligieron Miss España, ahí empezo todo», recordó y añadió que vivir en Dover (Colorado) le resulta difícil porque no esquía y se aburre. Se sacrifica por amor casi al aire de Jessica, que por lo visto dio más de un portazo malhumorado a quienes le ayudaron a vestirse. Así lo contaron sus asistentes, molestos con esta andaluza que supuestamente está prendada de Francisco Rivera, «Paquirrín». Ese apodo le acompañará de por vida, del mismo modo que siempre será el «pequeño del alma» de Pantoja. Aunque ya sin piel de canela, se le ha cuarteado con las madrugadas alegres y jaraneras.
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