Paradores de turismo bikinis «Spain is different»

Si realmente la playa de Palomares hubiera estado contaminada de radioactividad por la bomba que cayó en el mar, Manuel Fraga Iribarne no hubiera llegado a cumplir los 89 años. Como les ocurrió a los actores y equipo técnico que rodaron «El conquistador de Mongolia» en el desierto de Utha, donde se habían realizado pruebas nucleares.

Fraga, el «tractor Thomson», como lo llamaban sus compañeros, salió tan pimpante del baño de radioactividad por el accidente de las bombas de hidrógeno que cayeron en la localidad almeriense de Palomares, frenando de paso las campañas de los envidiosos extranjeros contra nuestro turismo en alza y poniendo de moda, con diez años de retraso, los bañadores Meyba tipo «braghetone».

Corría el año 1966 y Fraga Iribarne era la estrella emergente del nuevo Gobierno de tecnócratas que Franco había nombrado para sacar a España del subdesarrollo. Si José Solís, su mentor, fue la «sonrisa del régimen», Fraga representó su cara más amable. Un todoterreno que puso en marcha un ambicioso plan turístico que hizo de las costas mediterráneas y sus soleadas playas el destino de millones de turistas. Con el «aperturismo» llegaron las suecas, la democratización del bikini y las películas del destape, todo bajo el famoso eslogan «Spain is different», que consolidó la marca España en el mundo entero.

Fraga había sido nombrado Ministro de Información y Turismo en 1962, cargo que ostentó hasta 1969, y como hombre de acción que era no paró de promocionarse por España y mandar hasta culminar su carrera en el régimen con otros archifamosos eslóganes.

Fraga fue un modernizador de la política franquista, un «aperturista», como se llamó entonces a los tecnócratas. Suya fue la idea de continuar el plan de restauración de viejos castillos, lugares singulares, e integrarlos en la Red de Paradores Nacionales, que todavía perviven con prestigio.
Fue un político que modernizó la relación del poder con el ciudadano –aun sin democracia– y que sabía que la comunicación era fundamental en unos tiempos que se abrían al consumo masivo.
También fue suyo el eslogan que convirtió la celebración de los 25 años del final de la Guerra Civil en «XXV años de Paz». Y autor de la famosa «Ley Fraga», la Ley de Prensa e Imprenta con la que se eliminaba la censura previa, vigente desde 1938, y que permitió desde entonces la aparición de revistas políticas opuestas a las del Movimiento y la apertura en el cine y la televisión pública.