Londres

El personaje de la semana: Isabel II

La Razón
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En Reino Unido y en el antiguo Imperio (excepto en la India, los ingleses descolonizan mejor que nosotros) se ha conmemorado con bastante entusiasmo el acceso al trono de Isabel II hace sesenta años, siendo la más longeva en su dignidad tras la reina Victoria. No ha sido casualidad sino mucha diplomacia en el seno del Comité Olímpico Internacional que los fastos culminen con otra Olimpiada en Londres, ciudad ahíta de ellos. La reina no ha tenido un «annus horribilis» sino varios. Ardió el castillo de Windsor, que es la casa familiar; su matrimonio con el duque de Edimburgo tuvo arrancada de caballo y parada de burro, y siendo el consorte oficial naval, se embarcó para dar la vuelta al mundo durante un año lejos de la esposa y ahora pasea a la madre de su nuera; fue una humillación que el Parlamento, a presión de la opinión pública, la obligara a establecer su patrimonio y pagar los impuestos pertinentes; y hubo de obedecer a Tony Blair y poner cara de luto en el sepelio de Lady Di, a la que despreciaba, tanto como a la eterna amante del heredero Carlos. Fría y distante vende Inglaterra y los méritos se los ha ganado.