Las firmas que exigen elecciones en el Ateneo no pueden certificarse

SEVILLA- El conflicto generado en el seno del Ateneo vive un nuevo episodio tras la declaración de ayer de la Junta Directiva de la Casa Docta, que asegura que las 123 firmas aportadas por una plataforma para pedir el adelanto de las elecciones carecen de la «autenticidad» necesaria para iniciar el proceso correspondiente. De esta manera, Miguel Cruz Giráldez, portavoz de la institución, y José Manuel García-Quílez González, asesor jurídico de Ateneo, señalaron que la documentación presenta importantes irregularidades tales como la falta de encabezamiento y firma del escrito principal, la existencia de dos modelos de fichas con las peticiones, que éstas son ilegibles al presentarse en fotocopias y que no se aporta la reproducción del Documento Nacional de Identidad (DNI) para justificar las rúbricas.

Por ello, el abogado asegura que no se puede verificar esta documentación, por lo que hasta que no concrete que los firmantes son verdaderos no se iniciará el proceso de convocatoria de una Junta General de socios. «No se puede contrastar su autenticidad», comenta García-Quílez, que añade que además hay defectos de forma y contenidos, que «no coinciden con la solicitud inicial a la que acompañan». Conjuntamente, señaló que se ha recibido un correo electrónico «de una persona que se presenta como portavoz de esta plataforma, pero cuyo nombre no está refrendado por ninguna de las firmas aportadas». También quiso recordar que en abril se denunció ante la Justicia que se había sustraído información personal de los ateneístas y que seguidamente se inició una campaña que ha desembocado en esta petición de adelanto de las elecciones, que «sólo afecta a la imagen pública de esta institución y que no sabemos a qué responde», aseguró Cruz.

De esta manera, las 123 peticiones, el 10% de la nómina actual de los ateneístas, carecerían de valor y por ello la propuesta encabezada por el ex coordinador de la Cabalgata de Reyes, Anselmo Valdés, quien junto a Juan Tomás de Aragón, Fátima Bermúdez-Coronel y Juan Guerrero piden un cambio de gestión.