Bruselas

Salgado descarta una intervención inminente

La Razón
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MADRID- El Gobierno no oculta su preocupación por el nuevo episodio de tormenta financiera que vive el euro y que ayer disparó, una jornada más, la luz de alarma en La Moncloa. El presidente, en contacto permanente con su «número dos» Elena Salgado y con sus socios comunitarios, siguió paso a paso desde su despacho los nuevos ataques a España. Sin embargo, el Ejecutivo no aprobará nuevas medidas para combatir el riesgo que se cierne sobre nuestra economía, en un momento en el que Bruselas le pronostica más déficit y menos crecimiento económico. Según La Moncloa, cualquier acción para frenar el actual avance especulativo debe responder a una acción coordinada de la UE. En este escenario, el Gobierno descarta tajantemente que nuestro país esté apunto de ser intervenido, siguiendo la estela de Grecia, aunque la prima de riesgo volvió ayer a batir un nuevo récord, al llegar a los 456 puntos básicos, y el Tesoro español se vio obligado a pagar por sus letras a 12 y 18 meses el precio más alto desde el año 1997, antes de la incorporación de España al euro. Así lo aseguró ayer a LA RAZÓN la vicepresidenta primera del Ejecutivo, de viaje por Singapur. En tono contundente, Elena Salgado avisó de que «no hay ninguna razón para que eso suceda», en referencia a una posible intervención. Salgado cerró la puerta a esta eventualidad porque España ha hecho sus deberes y «cumplirá sus objetivos». De hecho, «está cumpliendo sus compromisos». Pese a ello, no despejó, por falta de datos, si las autonomías cumplirán o no este año con su previsión de déficit. Si los Ejecutivos regionales se exceden, al final, el déficit público podría superar el 6% del PIB estimado para 2011, tal y como alertó esta semana Bruselas. Salgado puntualizó que la Administración conseguirá su déficit previsto, pero insistió en que habrá que esperar para comprobar si las comunidades hacen lo propio. Pese a esta incertidumbre, achacó los ataques a una crisis sistémica, que ha afectado a todos los países en «la misma proporción» y que ha provocado que aumenten su diferencial con el bono alemán, valor refugio en esta crisis. Como botón de muestra, las presiones sufridas por Francia, Austria y Bélgica, cuyas primas registraron niveles desconocidos desde la puesta en marcha del euro. Según Salgado, las causas se deben a un efecto contagio de Italia y Grecia. No obstante, reconoció que España paga un precio excesivo por su financiación. La vicepresidenta consideró adecuadas las medidas adoptadas en el Consejo Europeo para frenar estos nuevos ataques. Sin embargo, su lenta puesta en marcha explica la crisis actual. «Desde que se adoptan las medidas hasta que se implementan pasa un tiempo y los mercados no tienen paciencia», advirtió.